Se acerca otro final de año, y modo de tradición solemos hacer balance de nuestra trayectoria, reflexionar sobre cómo hemos actuado, qué hemos logrado o qué sueños sin cumplir deberán posponerse al menos hasta 2020… vaya la memoria.
Este relato de nuestra vida, que da sentido a lo que somos, no podría narrarse si no fuera gracias a la memoria, una facultad sobre la que pivota nuestra identidad y cuya importancia es tal que no son pocas las películas o series que, o bien, la han convertido en protagonista, o han partido de ella para construir su argumento. En el presente artículo haremos algunas recomendaciones de películas o series que han abordado el tema de la memoria, para así, cuanto menos, evitar que caigan en el olvido.
TABULA RASA
La amnesia es aquella pérdida parcial o total de memoria que nos conduce a la desorientación y confusión, e incluso genera recuerdos falsos. Un tipo especial de amnesia es la anterógrada, aquella que incapacita a un sujeto para almacenar información nueva, y le imposibilita para generar nuevos recuerdos. Esta es la situación de la protagonista de la serie belga Tabula rasa.
El título de la serie hace referencia a una expresión latina, que popularizó la corriente empirista, para nombrar la situación de la que parte un individuo al nacer, como una hoja en blanco que no posee ningún tipo de conocimiento innato, por lo que se encuentra en la pura indeterminación. En esta serie de 2017, disponible en Netflix, la protagonista se encuentra recluida en un psiquiátrico y se la investiga por un crimen del que ella no puede aportar ninguna pista debido a su problemática condición. Se trata de un thriller psicológico que, a pesar de no haber sido publicitado en exceso por la plataforma, colmará sin duda nuestras expectativas.
Este tipo de amnesia también aparecía recogido en Memento, película de 2000 en la que Guy Pierce da vida a Leonard, alguien que obsesionado por la muerte de su esposa hace de la búsqueda del asesino la única motivación de su existencia. Para orientarse y tratar de remediar las limitaciones que le causa su dolencia, solo cuenta con las pistas que él mismo se va dejando a modo de tatuajes y pequeñas notas en fotografías, que actúan como el hilo de Ariadna al que recurre Teseo para salir del laberinto tras dar muerte al Minotauro, solo que en el caso de Leonard, llegamos a sospechar que no hay ningún monstruo más allá de sí mismo.
La cinta de Nolan cuenta con un montaje excepcional, que nos ayuda de manera magistral a vivenciar la angustia sufrida por alguien con este trastorno. Además de la originalidad de su guión, encontramos un valor añadido en la interpretación de Carrie-Anne Moss.
NO ME ACUERDO DE OLVIDARTE
El imperturbable recuerdo de su esposa, es la piedra angular para Leonard, la motivación de su vida, pero ¿qué hacer cuando los recuerdos de un amor que ya no tenemos, no actúan como acicate sino como una rémora que nos angustia y entristece? Sentiríamos la imperiosa necesidad de deshacernos de ellos, de olvidar para seguir adelante. Esta es la premisa de nuestra siguiente recomendación: Spotless Sunshine of the Eternal Mind (2004), tontamente traducida como Olvídate de mí. Se trata una tragicomedia romántica de ciencia ficción, un clásico del cine indie en el que Jim Carrey deja a un lado su recalcitrante histrionismo y Kate Winslet hace brillar a un personaje que logra enternecernos con su particular locura.
En esta historia, de nuevo nos hallamos ante un montaje con una estructura algo compleja que, no obstante, nos ayuda a comprender la confusión de alguien que ha borrado parte de sus recuerdos. Una de las ideas que nos plantea la película es que si nos empeñamos en borrar aquello cuyo recuerdo nos perturba, nos arriesgamos a perder parte de lo que somos, que se encuentra cifrado en nuestro pasado. Todos necesitamos nuestra historia y si eliminamos aquellas partes que nos provocan dolor, además de impedir generar recursos que nos permitan recuperarnos, estaremos aniquilando fragmentos de nuestra identidad.
También Westworld creada para HBO por Chistopher Nolan, guionista de la ya mencionada Memento, nos ofreció en su primera temporada lecciones relacionadas con este enfoque. En la serie, se nos advierte de la imposibilidad de eliminar nuestros recuerdos sin destruirnos a nosotros mismos, pues la memoria es el primer paso para la conciencia, y es que ¿cómo podríamos aprender de los errores si no pudiéramos recordarlos?
BIENAVENTURADOS LOS OLVIDADIZOS PUES SUPERAN INCLUSO SUS PROPIOS ERRORES.
Quisiera que se inventara algo para embotellar los recuerdos igual que los perfumes, y que nunca se desvaneciesen. Y que cuando yo quisiera pudiera destapando la botella volver a revivirlos.
Este anhelo de la protagonista de Rebeca parece servir de inspiración al tercer episodio de la primera temporada de Black Mirror, titulado Toda tu historia y que encontramos en Netflix. En él, se nos muestra una realidad futura donde el desarrollo tecnológico ha permitido crear un dispositivo que, incorporado a nuestro organismo, consigue registrar cada acontecimiento que nos sucede, como si fuera una grabación, así como reproducirlo con absoluta fiabilidad, evitando las limitaciones de la memoria orgánica tan maleable como imprecisa.
Este eficaz invento se presenta como una mejora en la calidad de vida, que se vuelve más cómoda y segura pero, como ya nos tiene acostumbrados la serie, el uso del dispositivo adquiere pronto un cariz negativo. Puede conducir a personas con un perfil psicológico obsesivo hacia conductas controladoras y paranoicas, sobre todo en el ámbito de las relaciones sentimentales. Esta historia nos hace conscientes de cómo a diario luchamos para mejorar nuestra memoria, sin reparar en la necesidad del olvido, una capacidad que mitiga el sufrimiento, pues sin él, cada suceso trágico nos atormentaría con el mismo potencial destructivo del inicio.
¿Donde encontrar entonces el equilibrio entre el recuerdo y el olvido? ¿Hasta qué punto la memoria es un privilegio o una condena? Si olvidamos con facilidad ¿incurriremos en los mismos errores? y si los recordamos con nitidez ¿nos anclarán al pasado? No sabemos si alcanzaremos alguna vez respuesta a dichas cuestiones, pero al menos con el cine recordamos la necesidad de plantearnos estas preguntas.