Crítica de El sacrificio de un ciervo sagrado (2017): Lanthimos fiel a sí mismo

El Sacrificio de un ciervo sagrado

El sacrificio de un ciervo sagrado, la nueva película de Lanthimos pasa por Sitges tras haberse llevado el premio a mejor guión en el Festival de Cannes. Llegará a España el 29 de diciembre.

El director griego demuestra una vez más con su nueva película la frialdad que tanto le caracteriza. Y no tiene ningún problema con ello. Desde el primer segundo el espectador se encuentra atrapado entre unos personajes y situaciones enfermizas. ¿Qué puede esperarse de una cinta que da comienzo con un plano detalle de un corazón latiendo? El sacrificio de un ciervo sagrado es aterradora, cínica y, lo más importante, buena. Es una tragedia, y probablemente la mejor obra de Lanthimos.

La trama gira entorno al matrimonio de Steven (Colin Firth) y Anna (Nicole Kidman), ambos médicos respetados y adinerados. Viven perfectamente con sus dos hijos, Kim y Bob. Su existencia empieza a torcerse cuando Steven entabla amistad con un chico huérfano de padre, Martin (Barry Keoghan), al que decide proteger. Poco a poco la situación se irá haciendo cada vez más tensa, hasta llegar a ser insostenible. Steven deberá hacer un importante sacrificio o arriesgarse a perderlo todo.

Una tragedia griega

Lanthimos decide huir de convencionalismos -como siempre-, y aporta al thriller una frialdad casi repulsiva. Da gusto ver cómo utiliza el gran angular para dotar a sus imágenes de magnetismo y estilo. Consigue sumergir al espectador en ese mundo malsano. Recuerda mucho a Kubrick, especialmente a El resplandor. Si Kubrick se paseaba por los pasillos del hotel Overlook, Lanthimos se pasea de una forma similar por un hospital. Gracias a todo esto, consigue que el espectador sufra la tragedia de los protagonistas.

No cabe duda de que es una tragedia con todas las letras. El griego utiliza varios elementos de las antiguas tragedias griegas. En una mezcla entre lo racional y sobrenatural, sus personajes luchan contra su destino. La música es desagradable y atmosférica. Combina pequeñas piezas orquestales con cantos corales, que eran otro elemento imprescindible en las tragedias. No obstante, en la obra de Lanthimos también entra el humor negro. Es inevitable soltar alguna carcajada durante el metraje, aunque inmediatamente duela hacerlo.

Las interpretaciones también son de gran nivel. Colin Firth y Nicole Kidman cumplen con creces, como es habitual. Pero es la inquietante interpretación de Barry Keoghan -a quien también hemos visto en Dunkerke– la que realmente eleva el impacto del film. No sería extraño que se llevara una nominación al Oscar.

En conclusión, El sacrificio de un ciervo sagrado es una película magnífica. Lanthimos muestra sus inquietudes en un thriller con elementos de tragedia griega. Consigue crear un ambiente incómodo que llega a ser terrorífico por momentos. Todo esto sin renunciar a su humor negro y frialdad a las que nos tiene acostumbrados. Su impacto seguirá contigo al salir del cine. ¡No os la perdáis!

Por cierto, no te pierdas la crítica de otra gran película que ha pasado por Sitges: La forma del agua, la nueva de Guillermo del Toro. Una película preciosa.

Reseña
El sacrificio de un ciervo sagrado
8
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Aspirante a director de cine. Cinéfilo por casualidad. Mi vida cambió el día que vi Birdman. Mis mejores socios son Heisenberg y Tony Soprano. He soñado con Lynch, sufrido con Haneke y he sido cómplice de Scorsese. Ojalá todas las películas fueran tan maravillosas como El Apartamento.
el-sacrificio-de-un-ciervo-sagrado-lanthimos-sitgesSteven es un eminente cirujano casado con Anna, una respetada oftalmóloga. Viven felices junto a sus dos hijos, Kim y Bob. Cuando Steven entabla amistad con Martin, un niño de dieciséis años sin padre, a quien decide proteger, los acontecimientos dan un giro siniestro. Steven tendrá que escoger entre cometer un impactante sacrificio o arriesgarse a perderlo todo.