The Eddy estrena mañana mismo en Netflix y la pregunta está clara ¿Qué Chazalle tendremos?. ¿El de La La Land o el de Whiplash?
Damien Chazelle se pasa a las series de la mano de Netflix. En The Eddy, de nuevo se apoya en la música para hilar la historia.
The Eddy se trata de una miniserie de 8 capítulos, un drama musical ambientado en el París contemporáneo multicultural, que gira alrededor de un club, su dueño, una banda y la ciudad caótica que los rodea.
El propio Chazelle difirge dos de los episodios de la serie, escrita por el guionista ganador de premios BAFTA y del premio Olivier, Jack Thorne (This is England, Wonder, Star Wars: Episodio IX), mientras que el productor ganador del Emmy, Alan Poul (A dos metros bajo tierra, The Newsroom), es el productor ejecutivo. Con semejantes titanes tras las cámaras parece apuesta segura, y es que The Eddy rebosa calidad.
El tino no se queda en el equipo técnico, el reparto de The Eddy es bien conocido para los los auténticos cinéfilos. André Holland (notese el chiste del destino que contemos con un miembro del reparto de Moonlight), Amanda Stenberg y Joanna Kulig encabezan el elenco de actores.
Ahora bien, The Eddy no es una serie para todos, ni mucho menos. Aquellos que quedaron embelesados por el color y la música de La La Land, no son el público objetivo de la serie, que apuesta más por el tono de la anterior cinta del director.
The Eddy es una ejercicio de realismo, y porque no, de hacer cine fuera de la influencia de Hollywood. Y es que Chazelle lejos de acomodarse en la senda que tan buenas críticas le había propiciado y dejarse achantar por la maldición del VOD, y sus muchas veces injustificables capítulos de más; apuesta por una cocción a fuego lento, a tempo de blues.
La serie está bañada por ese aire de decadencia y suciedad que acompaña a los demonios internos de sus personajes. Es digno de mención el grano que recuerda más a otras épocas que al tono de las superproducciones actuales. Se muestra una París auténtica, llena de verdad… con su luz característica tan remota de la que muchas veces las comedias románticas se empeñan en vendernos.
Si te gustó La La Land, no deberías perderte estos musicales
Capítulo a capítulo desgrana una historia de fondo, mientras va presentando a los personajes a su debido tiempo. Una serie que se toma el tiempo necesario para hablar de absolutamente todo… y quizá por ello difícil de clasificar en cuanto a su temática.
En cuanto a la música, no puedo dejar de comentarla en una serie que se centra en la vida alrededor de un club de jazz. Pese a las licencias musicales que se permite -y que son unas cuantas- el uso de la música como elemento cohesionador del montaje es simplemente de genio.
En definitiva una serie con tintes de cine, del bueno.