The Deer King, anime japonés basado en las novelas de Nahoko Uehashi, llega a nuestros cines este jueves 9 de junio como una apuesta segura incluso para los no versados en el género: lo tiene, casi, casi, todo.
The Deer King, por tener, tiene hasta el don de la casuística (pues las novelas y el anuncio del propio film tienen sus años) al lidiar, como elemento narrativo rozando el McGuffin, con un virus contagioso que azota el mundo en el que se suceden los acontecimientos de esta adaptación de Uehashi. Pero más allá del apunte pandémico, pese a que revierte importancia de peso en The Deer King, no queda otra que destacar que estamos ante una apuesta la mar de entretenida, repleta de personajes de los que uno desea que se conozcan (y que se caigan bien), momentos emotivos y una trama -tal vez algo larga- holgadamente sustentada pese al tono sombrío y serio de toda la película.
The Deer King se inicia con la presentación de Van: un ex soldado, de imponente presencia, esclavizado en unas minas de sal después de una guerra y de perder a su familia. Tras un extraño suceso con una manada de lobos que atacan la mina, y una niña pequeña a la que logra salvar pese a ser mordido por uno de los animales, Van y su nueva compañera escapan de la amenaza de una nueva guerra tras el retorno de los estragos de una extraña plaga que se ceba con sólo uno de los reinos en disputa. Van y Yuna poco a poco olvidarán los traumáticos sucesos que los unieron para establecerse, como una familia, en un poblado en el que son acogidos hasta que la mencionada plaga, y sendos enviados para dar con Van, irrumpen su exilio.
Este anime, cuyo único pero es que sus 114 minutos pueden ser un poco demasiado a tenor del género (aunque no aburre en ningún momento), no termina de encerrarse en el clásico viaje del héroe pero tiene muchos de sus ideales. Van, demasiado callado para ser el héroe convencional, impone su tristeza infinita hasta que la pequeña Yuna nos roba el corazón a todos. Los antagonistas, tradicionalmente toscos y unidimensionales en su maldad, dejan paso a los personajes que se cruzarán con el camino de Van y Yuna. Personajes de los que, poco a poco, uno desea que vuelvan a aparecer y se pasen al lado correcto de la historia. En especial Sae, una asesina implacable, enviada inicialmente para terminar con Van. Y si nos lo permiten: quédense hasta el final de los créditos.. No es que haya una escena en ellos: es que la película sigue, por completo, durante los mismos.
The Deer King, además, cuenta con una banda sonora de Harumi Fuuki capaz de catalizar los distintos puntales emotivos del film. Muchos de ellos protagonizados por Yuna (con voz de Hisui Kimura: advertimos, cada vez que dice algo, es adorable) pero también por otros personajes inicialmente desprovistos casi de peso en la historia. Como ejemplo de la calidad sentimental de The Deer King: tal vez su mejor escena es un montaje, temporal, en pleno mundo rural, feliz y sin duda previo a cuando todo se hunde en la historia, pero de los que te dejan con esa cara de tonto. Saben cual digo, ¿verdad? Pues esa.