TÍTULO ORIGINAL: Resident Evil 3: Extinción | AÑO: 2007 | DIRECCIÓN: Russell Mulcahy | PRODUCCIÓN: Screen Gems | GUIÓN: Paul W.S. Anderson | FOTOGRAFÍA: David Johnson | MÚSICA: Charlie Clouser | REPARTO: Milla Jovovich, Oded Fehr, Ali Larter, Iain Glen, Mike Epps, Spencer Locke, Ashanti, Gary Hudson, Matthew Marsden, Christopher Egan, Linden Ashby, Jason O’Mara, Joe Hursley | GÉNERO: Terror. Acción. Zombis. Ciencia Ficción | DURACIÓN: 95 minutos.
Cuando uno se enfrenta a una secuela o, como en este caso, una tercera parte; lo hace con el miedo a comprobar si el resultado es inferior o, incluso, si desvirtúa la obra original. Es por esto que, en algunas ocasiones, nos enfrentamos con más respeto a la segunda parte que a la primera, ya que esta última es la que ha infundado el sentimiento sobre la obra. En el caso de Resident Evil sucede algo similar, ya que el buen sabor de boca que nos dejó su primera película se veía mancillado (no completamente) con una secuela repleta de errores pero que, paradójicamente, más se acercaba al videojuego y más pretendía jugar con nuestra nostalgia, regalándonos un producto titubeante de principio a fin. Es por esto que nos enfrentamos a Resident Evil 3: Extinción sin ningún temor y con la certeza de que, si así lo quieren, lo pueden hacer todo lo mal que deseen; llegando a sus primeros instantes con la conciencia bien tranquila.
Sin embargo la decepción no es total y, en el caso de producirse, viene de la mano de un guionista, Paul W.S. Anderson, con escasas dotes para satisfacer nuestra suspensión de la incredulidad y una trama que se torna absurda según avanza; lo que trastoca con una dirección considerablemente mejor a Apocalypsis y con una templanza mayor, lo que hace que la narrativa pueda reposar (no mucho, pero lo consigue) y nosotros como espectadores consigamos situarnos. Pero, ¿qué es lo que hace a Resident Evil 3: Extinción no ser una buena película?
- Por una parte, su planteamiento. Proyecto Alice nos narra la devastación de La Tierra y cómo el Virus T la ha convertido en un solar de Castilla-La Mancha, pero esta decisión no tiene ningún sentido desde el punto de vista verosímil, ya que el Virus T afecta sobre los organismos animales y, en teoría, no tendría impacto sobre los vegetales. Un ejemplo lo encontramos de la mano de los videojuegos, donde La Tierra se mantiene perenne a pesar de las amenazas biológicas. Un sin sentido.
- El absurdo de algunos personajes. Que Paul W.S. Anderson no tiene ningún cariño por sus personajes salvo el que interpreta su esposa, Milla Jovovich, es algo que nos quedó bastante claro con Resident Evil 2: Apocalypsis, y el hecho de presentarnos a algunos ya infectados lo corrobora. Si fueran algunos intrascendentes podría darlo por válido, pero el hecho de cargarse (porque sí, se lo carga) a Mike Epps en pleno Primer Acto me hace dudar soberanamente sobre el arco del personaje dibujado por Anderson… si es que en algún momento había uno.
- Educar a zombis nunca fue tan estúpido. Dejando de lado el hecho de que llevamos viendo al mismo perro zombie durante tres películas, es completamente absurdo que los zombies educados sean todos prácticamente iguales (si no hay humanos iguales, ¿por qué hay zombies iguales?) y, además, hilando con lo anterior, que se los reinserte vigilados con sistemas de seguridad que podrían burlar fácilmente con la fuerza. ¿Cómo unos científicos de Umbrella Corps. pueden cometer fallos tan estúpidos?
Con todo, Resident Evil 3: Extinción es una película que cumple y que por momentos ofrece secuencias interesantes, destacando una sobre el resto y con un cliffhanguer final cautivador, pero que se ve lastrada por un mar de incorrecciones que hacen preguntarse cómo demonios se dan 45 millones de dólares a un señor con unas habilidades tan pobres de construir un guion sólido. No obstante, os adelanto que lo peor está por venir y si bien Resident Evil 3: Extinción contiene algunos sinsentidos, el absurdo constante de Resident Evil 4: Afterlife consigue que estas primeras tres películas sean auténticas Obras Maestras. Abróchense los cinturones porque la caída va a crear escuela.