Crítica Mandíbulas (2020): como moscas a la miel

Título original: Mandibules | Año: 2020 | Duración: 77 min | País: Francia | Dirección, guion y fotografía: Quentin Dupieux | Reparto: Grégoire Ludig, David Marsais, Adèle Exarchopoulos, India Hair, Roméo Elvis | Productora: Coproducción Francia-Bélgica; Chi-Fou-Mi Productions

Mandíbulas llega hoy a los cines de la mano del surrealista director Quentin Dupieux para regalarnos una historia sobre la camaradería que dista bastante de lo que solemos ver en pantalla.

Mandíbulas ha tenido un gran recorrido por festivales que incluye el premio a mejor actuación masculina para los dos protagonistas en la anterior edición del Festival de Sitges, la participación en el Fancine de Málaga y en el Festival de Venecia y la selección como película de clausura en la Semana de Cine Fantástico y de Terror de San Sebastián. Y es que Quentin Dupieux ya no resulta ningún desconocido entre los cinéfilos, sorprendió en 2010 con Rubber, la historia de un neumático de coche asesino y recientemente en 2019 estrenó La chaqueta de piel de ciervo, en la que un hombre se obsesiona con ser el único en vestir una chaqueta de este tipo.

Mandíbulas

En esta ocasión nos encontramos una vez más ante una comedia absurda y surrealista que, en este caso, sigue a Jean-Gab y Manu, dos amigos que aceptan un trabajo donde deben llevar una mercancía de un punto A a otro punto B, por el camino, descubren que el coche que han robado tiene en el maletero una gigantesca mosca (a quien llamarán Dominique). Nada más enterarse de ello se les ocurre un «magnífico» plan, entrenarán la mosca para que robe cualquier cosa, como si de un drone se tratara, para hacerse así multimillonarios. Bajo esta estúpida premisa se esconde una historia donde nuestros protagonistas se darán cuenta de que su amistad es lo único que tienen y aprenderán a valorarla por encima de todo. Eso sí, sin olvidar una retaíla de situaciones absurdas y divertidas que ayudarán a dar un mejor ritmo a la cinta.

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Una película corta y divertida

Lo primero a decir es que Mandíbulas es corta, muy corta, apenas dura una hora y cuarto, y realmente esto ayuda a que el espectador no se canse y esté, durante lo que dura la cinta, enganchado con las desternillantes idas y venidas de los protagonistas. Otro aspecto positivo es por tanto el gran sentido del humor que desprende Mandíbulas, la película no se toma en serio a sí misma, y esto ayuda a que la experiencia sea más amena.

Por el otro lado hay varios aspectos negativos, en ocasiones la cinta se siente que no va a ninguna parte, y demás, no cuenta con ninguna banda sonora (tampoco hay una canción que suena al inicio y al final de la película), decisión que no sé si viene por una falta de presupuesto o por una visión artística del directo (visión que yo no entiendo), este aspecto hace que algunas escenas puedan llegar a hacerse pesadas o a sentirse vacías, sin embargo, tampoco es algo que lastre a toda la película.

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Las actuaciones son correctas, los personajes cómicos funcionan perfectamente y pese a narrar la típica historia de amistad, la cinta no se siente ñoña en ningún momento. He de destacar la magnífica labor de efectos especiales que, entre animatronics y marionetas, logran insuflar de vida a Dominique, la mosca gigante. En resumen, Mandíbulas es una película divertida y muy en la línea de Dupieux (pese a que personalmente disfruté más de La chaqueta de piel de ciervo) que hará las delicias de sus seguidores más incondicionales y que quizás se haga más difícil de ver para aquellos que no conocen al director.