Quentin Dupieux, maestro de la originalidad y el humor absurdo, vuelve a dejar su sello en su nueva película, «Fumar provoca tos», una comedia absurda con aires de sátira.
Los superhéroes llevan ya casi 15 años acaparando las pantallas de cine y atrayendo a ingentes cantidades de público, pero ¿qué pasaría si estos superhéroes estuvieran representando algo tan trivial como es el tabaco? Esta es la base inicial sobre la que se asienta Fumar provoca tos, la nueva ficción de Quentin Dupieux, director de películas como Rubber, cinta sobre un neumático asesino, o Mandíbulas, film sobre una mosca gigante adiestrada para robar bancos. Películas que desafían las convenciones y son capaces de sorprender a un público que ya ha visto de todo.
Imaginación, originalidad y un toque de picardía inteligente son los ingredientes que cubren toda la filmografía de este director, y con Fumar provoca tos vuelve a suceder lo mismo. Comenzando como una parodia de los Power Rangers en la que unos superhéroes tienen que derrotar a distintos kaijus y/o monstruos, la película continúa tornándose en un compendio de historias de lo más absurdas posibles, pasando por una barracuda que nos relatará una historia de terror mientras es cocinada, hasta una historia en la que un joven afrontará ser exprimido con impavidez.
Capaz de levantar las sonrisas más tímidas o sentir el más puro rechazo por su tipo de humor, Dupieux construye con un humor negro una serie de historias conexas por un fino hilo, pero con un objetivo satírico común, siendo única y memorable en su especie. Crítica en sí misma, pero con libre albedrío interpretativo, la película permite ser disfrutada sin pretensiones algunas, pues no deja de ser una comedia absurda elevada a la enésima potencia, como si de una mezcla entre los Monty Python, Charlie Kaufman y John Waters se tratase.
Si bien hay que aclarar que este tipo de humor no casa con todo el mundo por su extravagancia e irracionalismo, pudiendo alienar a algunos espectadores, estamos ante una de las películas más notables del director y que puede llegar a conectar con una mayor cantidad de público, como ya hiciera la anteriormente mencionada Mandíbulas.
Con sus escasos 77 minutos de duración, «Fumar provoca tos» se convierte en un efectivo divertimento repleto de historias desternillantes, y de la que se puede sacar más miga de la que pueda parecer a primera vista. Dupieux consigue superarse a sí mismo con esta loca propuesta y poco a poco va labrando el terreno para cosechar un público fiel a sus cada vez más disparatadas locuras, demostrando su habilidad para desafiar las normas y ofrecer una comedia absurda y reflexiva al mismo tiempo.
Si estás dispuesto a embarcarte en un viaje surrealista y lleno de humor negro, esta película es una elección acertada.