Hillbilly, una elegía rural se estrena este martes 24 de noviembre en la plataforma Netflix, habiendo sido estrenada ya en cines de nuestro país hace escasos 10 días. Era en verdad muy esperada esta película, ya que contaba con Ron Howard en labores de dirección y con Amy Adams y Glenn Close en su reparto.
Hillbilly, una elegía rural nos cuenta una historia de superación y éxito de un chico que creció en Los Apalaches, un ambiente rural norteamericano, lo que allí se conoce despectivamente como un Redneck. J.D. Vance (Gabriel Basso) fue un chico retraído con una madre (Amy Adams) con grave trastorno bipolar, acrecentado por el consumo de drogas. Su abuela (Glenn Close) intentará hacerse cargo del chico para intentar llevarlo por el camino correcto.
La verdad que no sé muy bien qué escribir sobre esta película. El motivo es que me ha parecido bastante sosa, insulsa, insípida, como digo en el título de esta crítica. Pero para nada es aburrida ni una mala película, al menos en términos generales de producción, dirección, actuaciones, fotografía, montaje o música, con Hans Zimmer de por medio. Más bien al revés.
Y es que tanto Amy Adams como Glenn Close, están a un nivel mayúsculo, por otro lado, lo normal en ellas. Ambas bastante caracterizadas, Glenn bastante más que Amy, prácticamente irreconocible. Pero esto no les impide a ninguna el dotar a sus personajes de una gran fuerza e intensidad, acorde a la psique de sus personajes. Gabriel Basso, el verdadero protagonista del filme, y mediante el cual vamos conociendo la historia de esta disfuncional familia americana, lo único que hace es ir acorde a lo insulso del guion. Se ve incluso superado por su versión más joven del personaje, interpretado por Owen Asztalos.
El guion de Hillbilly, una elegía rural, es una adaptación del libro autobiográfico escrito por el propio J.D. Vance (también productor del filme), siendo así una película basada en una historia real. Netflix se hizo con los derechos, financiando el proyecto por nada menos que unos 45 millones de dólares.
Al parecer hubo dura pugna por hacerse con los derechos de adaptación del libro y es algo que no entiendo. La historia de superación de un chico al que ayuda su abuela, ni tan siquiera está solo para afrontar los problemas. Una madre que bueno, tiene un problema mental, posiblemente, como digo más arriba, un cuadro típico de bipolaridad, algo de esquizofrenia puede ser, pero muy leve. Los escarceos con las drogas que ella tiene, son más, o al menos así nos los muestran, cuando los hermanos son adultos. El punto emocional álgido de la cinta es cuando J.D. aprueba un examen de aritmética. Supongo que el libro tendrá algo más de chicha porque lo que nos cuentan en la película, la verdad que se queda en poca cosa.
Voy a decir algo que ya es todo un cliché, pero esta película, si no fuera por el dúo Adams/Close, y obviamente, su alto presupuesto, sería típica de sobremesa de Antena 3. Si gustas de este tipo de melodramas, indudablemente es tu película, si no, sintiéndolo mucho, no te la aconsejo.