Work It: Al Ritmo de los Sueños llega a la plataforma de Netflix como un reclamo por el género de cine de baile que tantos buenos resultados ha dado en el pasado. Una comedia juvenil con baile de por medio, entretenida pero lejos de la calidad de sus competidoras más directas.
Work It: Al Ritmo de los Sueños es otra producción más de Netflix dirigida a un público adolescente y ávido de productos derivados de High School Musical. Por desgracia, desde le éxito de la producción de Disney Channel no hay producción parecida que resulte algo original. Work It mantiene el discurso americano de si quieres puedes, con una protagonista patosa que lo único que quiere es bailar y triunfar, aunque carezca de cualquier talento para ello.
SIN TRABAJO NI TALENTO
La historia gira en torno a Quinn, una patosa estudiante de 18 años que está cursando su último año de instituto, la cual está empeñada en demostrarle al mundo que todo se puede en esta vida si simplemente se desea. Estamos ante el primer paso en falso de la película. En otras películas como Teen Beach Movie, los protagonistas llevan bailando desde pequeños, explotando un talento que tienen a base de trabajo y dedicación, valores innegociables en el mundo del baile.
A diferencia de producciones como la citada o la saga Step Up, Work It se queda a medio camino y patina en lo más importante: las coreografías de baile. Acostumbrados a auténticas locuras, piezas de arte y movimientos muy trabajados, la película de Netflix se aleja de la profesionalidad y se acerca peligrosamente al baile amateur de instituto. La protagonista no posee talento, algo que demuestra en la competición que da nombre al film. Por suerte para la película, eso la hace más entretenida de lo esperado.
PASANDO RONDA A LAS DURAS PERO NO MADURAS
Quinn es mala bailarina, no es el ejemplo de bailarina que trabajando y dejándose la piel sobre las tablas va a triunfar. Es una chica de 18 años con mariposas en la cabeza, un peligroso mensaje para el público al que va dirigido esta película. Tan mala es, que entran dentro del concurso por una erección inoportuna de un contrincante. Sí, tan como se lee. Una erección masculina que hace que el argumento se pierda en lo absurdo a partir de ahí.
Por suerte para Work It, el antagonista de Quinn es el actor Keiynan Lonsdale, bailarín profesional y actor que vimos de lo que era capaz en Dance Academy. Viendo en conjunto la película, no se entiende su presencia en una producción tan pobre, más teniendo en cuenta que es el actual Kid Flash de la serie televisiva de Flash. Que el pelo rosa y una actuación forzada no engañen, su presencia salva la producción.
Estamos ante un film para ver sin pretensiones, que no llega a la altura del género y que posee un argumento vacío en el que no hay lugar ni siquiera para las lecciones morales. Con 18 años, a punto de dejar el instituto, lo normal es que la mente esté en temas más importantes, y sino es así, mal vamos. Ese mensaje de dejadez adolescente es quizás el mayor defecto de la película, junto con el nulo talento de algunos de los participantes en coreografías poco trabajadas y nada espectaculares. Para pasar el rato y olvidarla fácilmente.
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