El 9 de Junio de 2016 era el último día que pudimos ver a los Peaky Blinders en todo su esplendor… hasta ahora, cuando por fin regresan de la mano de la BBC, con el estreno de su cuarta temporada.
Peaky Blinders es, a mi juicio, una de las series que más mimo pone a la hora de su producción. La serie cuenta con un 10 en cualquier de los aspectos que la conforman. Mires donde mires: reparto, vestuario, guion, fotografía, dirección… todo está hecho con un realismo y una veracidad que apabulla.
La cuarta temporada de Peaky Blinders prometía acción, nuevos personajes y un poquito más de lo que ya nos había enamorado. ¿Han conseguido cumplir con los mimos estandars de calidad a los que nos tenían acostumbrados?.
Os confieso lectores que mi idea inicial antes de ponerme a escribir este post, era la de describiros punto por punto aquello que acontecía en este inicio de temporada, sin embargo, no me siento capaz de desmembrar punto por punto todo lo que ocurre.
Y es que, que nadie espere ver el típico capítulo de presentación. No. Peaky Blinders regresa como si nunca se hubiese ido, como ese amigo que no ves más de dos veces al año, pero con el que cuando te reúnes el tiempo no pasa.
«El lazo», es un capítulo en el que el punto fuerte lo tiene un guion perfectamente narrado, donde una escena te conduce a la siguiente, y ésto, señores en una serie como Peaky Blinders es algo de obligada factura y no por ello fácil de conseguir; pues el número de personajes no deja de aumentar, sin embargo el espectador en ningún momento se siente confundido. Ya en este primer episodio podemos ver a Adrien Brody en escena y al nuevo personaje femenino, uno de armas tomar.
Un paseo por algunas de las épocas del cine Vol.3
Y es que junto al guion, tenemos unas actuaciones soberbias. De nuevo Cillian Murphy se mete en la piel de Tommy Shelby, uno más maduro, y más atormentado si cabía, replegado sobre si mismo en una espiral de autocomplacencia que veremos porque derroteros nos lleva. No puedo dejar este punto sin destacar el trabajo de Helen McCrory, una de las grandes damas del teatro inglés que de nuevo se reinventa con una Polly que va a dar que hablar.
Otro de los puntos fuertes de este primer episodio de la cuarta temporada de Peaky Blinders sigue siendo la música. La tracklist sigue teniendo ese punto macarra y masculino, más cercano a nuestros tiempos que a la primera década del siglo XX. Por cierto no he podido hacerme con esa maravilla que suena al inicio del capítulo y que reza «no heaven, no hell,…». Si alguien la encuentra, ¡que me la deje en comentarios!
No voy a meterme más en harina, porque este capítulo es de esos que te dejan pegado al asiento, silla, sofá, cama, futón o donde sea que disfrutes de ella. Pues como siempre, esta serie tiene la gran virtud de llevarte lo mejor del cine capítulo a capítulo.
Alerta especial a ese jodido final. ¡WTF! Cuando pensábamos que no podían darnos más… ¡zas!