Este viernes verá la luz Noche de Bodas (Ready or Not en su título original), una cinta que creo que va a sorprender a más de uno con una propuesta un tanto inesperada, alejándose de las expectativas generales.
La nueva película de los directores Tyler Gillet y Matt Bettinelli-Olpin llega a cartelera con la impresión general de ser una nueva película de terror «al uso» con una protagonista femenina en el centro de la acción (Samara Weaving) y un puñado de locos buscando matarla en una casa que no conoce. Su poster y su sinopsis invita a pensar que Noche de Bodas es exactamente eso.
Claro que cuando uno ve el trailer la perspectiva empieza a cambiar y una vez vista el resultado es evidente: Noche de Bodas es una comedia negra. Y una bastante divertida, irreverente y bien llevada en mi opinión.
Partamos de la premisa de la cinta: todo aquel que ingresa en la familia debe jugar a un juego elegido al azar en su noche de bodas, pero uno de esos juegos (el escondite, claro) tiene un componente mortal que compromete a toda la famila.
Así avanzamos por una aventura que busca hacer hincapié en lo absurdos, inverosímiles y ridículos que resultan algunos de los escenarios que se plantean con frecuencia en las películas de terror y terror adolescente que tan acostumbrados estamos a odiar ver. La crítica no se queda solo ahí, buscando también cierta crítica social y a las relaciones tóxicas.
En Noche de Bodas nos encontramos un elenco que nos presenta unos personajes llevados a las últimas consecuencias de los estereotipos más comunes, forzando muchas veces las situaciones y reacciones de los mismos para resaltar exageradamente sus características. Esto hace que sea difícil juzgar las interpretaciones de varios de los actores presentes: uno llega a dudar si se trata de exigencias del guión por mantener la crítica o si el actor o actriz en cuestión está regalándonoss una cuestionable e histriónica interpretación.
El final, una orgía de la exageración, la sorpresa fácil y el gore gratuito, es sencillamente apoteósico una vez puesto en su contexto. Y es que Noche de Bodas, como comedia negra, es una cinta que vale la pena ver, pero sacada de ese contexto podría pasar por una película de terror de serie Z con presupuesto de primera (y no sería la primera crítica que veo en la que de verdad alguien se ha creído que esto era una «peli de miedo»).
Con un ritmo muy animado, algunas escenas difíciles de olvidar y una fotografía que personalmente me ha gustado bastante, Noche de Bodas es una buena elección para pasar un rato en el cine sin demasiadas pretensiones.