Lupin, el celebérrimo personaje llega a Netflix con su nueva serie; de la mano de Louis Leterrier y con Omar Sy en la piel del protagonista.
Lupin consigue su propia serie en Netflix, más o menos; nos llegan este viernes, 8 de Enero, los primeros 5 capítulos de los 10 anunciados. Para los neófitos, el Sherlock Holmes francés en lo que a popularidad se refiere es un ladrón de guante blanco, un seductor, con conocimientos en lo que el momento precise; lo que en el siglo XXI conocemos como un canallita -gracias, Pantomima-.
Lo de más o menos porque el propio Arsène Lupin no aparece en pantalla; la historia revitaliza y le da una nueva vida al personaje a través de una trama trasladada a nuestros días por medio de Assane Diop, el personaje protagonista interpretado por el actor de Intocable, un hombre aficionado a las novelas del ladrón que da nombre al título de la serie.
Narrada en varios tiempos, y con una estructura algo caótica, pero no imprecisa, pronto nos damos cuenta que Diop está conectado a la creación de Leblanc a través de su padre; alguien con quien tiene una relación muy marcada por un hecho concreto del pasado y que lo determina de por vida. De modo que todo lo que se nos muestra en flashback no es sino el acicate y motivo principal de lo que ocurre en el presente; deslizando en la narración la sensación de que hay poco lugar para la improvisación.
Supongo que casi cualquier argumento puede utilizarse a favor de la tesis y en contra; en este caso al menos es así, y todo lo que es ahogar la improvisación beneficia y perjudica a la serie en partes iguales. En el primer caso tenemos la sensación constante que todo tiene un porqué; una razón, y todo se construye desde eso, desde la coherencia y la gramática narrativa; y en el segundo caso porque se muestra el gimmick antes de sacar el as, el espectador ve constantemente lo que hay detrás del telón, y eso, amiga mía; es desactivar la bomba de Hitchcock antes de que empiece la cuenta atrás.