Leonardo da Vinci lleva nada menos que cinco siglos siendo una super estrella. Pues claro, te estarás diciendo, como todos los pintores que están en los museos. Pues no: Hay artistas conocidos, artistas famosos y luego están das super estrellas. Y no son tantos.
Para ser una super estrella todo el mundo tiene que saber quién eres. Además, tienes que ser una fuente continua de ganancia. Hasta aquí, la mayor parte de los pintores que conocen entrarían en la categoría, pero falta la más importante; has de generar noticias a diario. Y en esto, Leonardo da Vinci es el amo.
Así, de cabeza, puede que en tu biblioteca tengas El Código Da Vinci de Dan Brown, La cena secreta de Javier Sierra y media docena más de thrillers históricos sobre su figura. En todos los periódicos aparece que ha roto todos los récords de ventas gracias a su Salvator Mundi. Si eso fuera poca noticia, ahora resulta no sólo que se duda que sea suya, sino que para colmo está en paradero desconocido. ¿Necesitas más salseo? No se vayan todavía, aún hay más.
Cierto presentador televisivo, con más entusiasmo que rigor, se está recorriendo medio planeta para dar noticias suyas. Que la primicia sea una chorrada monumental es lo de menos. ¡Es Da Vinci! El último WTF es que se ha encontrado uno de sus mechones de pelo (te juro que no me lo inventado) ¿Es o no es una super estrella? ¡Si hasta le conocemos por su nombre de pila! ¡Como a Marilyn, Marlon, Greta , Penélope e Ylenia!
Así, pues, Leonardo V centenario se suma a todos los eventos, acontecimientos y fake news que celebran a un pintor que lleva quinientos años alimentando su leyenda.
Eso nos lleva a la pregunta en cuestión: ¿El documental de Francesco Invernizzi me va a contar algo que no se haya dicho ya? Y mira que se ha dicho de todo. Pues hay que reconocerle al director italiano que ha sido capaz de encontrar su camino, aunque no sea del todo satisfactorio.
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Me explico. El metraje comienza con la Gioconda (No podría ser de otra manera) pero esto es lo único a lo que vamos a asistir acerca de su faceta de pintor. Lo que a Invernizzi le interesa es el Leonardo ingeniero, una de sus facetas menos conocidas para el gran público.
Para ser más exactos, el documentalista se centra en el carácter visionario de sus inventos, aunque a veces estén cogidos un poco con pinzas. Es verdad que Da Vinci experimentó fórmulas para conseguir volar, pero no fue, ni mucho menos, ni el primero ni el único en hacerlo. El italiano no hizo nada que no probara el cordobés Ibn Firnas el siglo IX. Y los chinos ya ni te cuento.
Leonardo ideó una estructura urbana en niveles verticales (Algo parecido a los reflejado por Fritz Lang en Metrópolis) pero de ahí a afirmar que intuyó la red de metro actual es un salto de fe bastante osado.
Ivernizzi llega a un punto en el que su documental no es ya una película de divulgación sobre la obra de Leonardo, sino sobre cómo Italia es hoy la primera potencia mundial gracias a los inventos del renacentista. No es un documental sobre un artista, sino un publirreportaje del ministerio de fomento italiano. Y todo con un montaje y música tan frenético, que a veces pone de los nervios.
Eso sí, vuelve a terminar con la Gioconda. ¡Que no se diga!