Hoy, 3 de Mayo, llega a Netflix Dead To Me, serie que mezcla la comedia con el thriller; en Cinéfilos le hemos podido echar un ojo a los 10 capítulos… Y aquí te contamos lo que nos ha parecido.
En Dead To Me nos encontramos con Jen y Judy, dos mujeres de mediana edad que acuden a sesiones de terapia porque han enviudado recientemente; se conocen, entablan amistad y, aprovechando que el pisuerga pasa por Valladolid, investigan el atropello del marido muerto de una de ellas.
A la hora de contar una historia, lo primero que se debe ofrecer al espectador es un tono establecido con el cual se pueda tirar del hilo de la narración y con el que aquel que se sienta delante de la televisión se produzca una comunicación a través de los estados de ánimo, tando de la serie como del consumidor de la misma. Escoger el adecuado para contar aquello que se pretende es fundamental para transmitir, para dialogar con el público; estar en la misma página. Dead To Me tiene aquí su principal error, y su principal valor; contradictorio, sí; como morirse de risa.
La serie tiene una buena melodía, pero es errática en su armonía. No termina de asumir su condición, ni de vencerse hacia un lado o hacia el otro; funciona como comedia en algunos momentos, funciona como «thriller» en otros; pero pocas veces toca ambas teclas correctamente, produciendo asonancias casi constantemente; por eso es su principal error, porque no funciona como un todo, y su principal valor, porque sí funciona en la suma de sus partes. La historia me interesa, el drama que relata es real, fácilmente se empatiza con él, nos habla de la pérdida, de la soledad, de la familia; todos conocemos eso.
Dead To Me tiene un trabajo de estructura de guion correcto, se sustenta sobre algo sólido, tiene diálogos fantásticos, no es un gigante con pies de barro, es más bien uno dormido; con algo que contar, pero sin aún haber encontrado su camino para hacerlo. A pesar de ello, si Netflix decide renovarla por una segunda temporada, espero que sí – desde aquí te lo pido, Natalia, pídeselo al señor Netflix de mi parte-, que cuenten conmigo, pues allí donde falla, es fácilmente corregible, afinar el instrumento, pero las notas que toca son las de una gran canción; y yo, la historia de Judy y Jen, quiero seguir acompañándola.