Cómo Vivir Contigo Mismo es la nueva serie de Netflix. Conoce a Miles Elliot, un hombre muy ocupado con una solución ortodoxa…
En Cómo Vivir Contigo Mismo nos encontramos a Miles, interpretado por Paul Rudd, un hombre de mediana edad, con un trabajo, mujer y una vida que le consumen mucho tiempo; ¿solución? Ir a una consulta recomendado por un amigo para cambiar su vida. ¿Qué ocurre? Un grave problema. Un clon ha ocupado su lugar.
Un primer capítulo algo extraño estructuralmente da lugar en su segundo al tipo de relato que realmente quiere ser; de nuevo, una serie que aprovecha su contexto -se lanzan todos los episodios de golpe- teniendo en cuenta que no debe presentar todo en un primer capítulo acelerado para atrapar el espectador; este tiene el siguiente para darle a play.
Con un tono absolutamente trágico, por momentos muy conmovedor; el principal problema de ¿la serie? es el modo en que se ha vendido. Esto no es una comedia, no es algo divertido y digerible con lo que pasar el rato mientras se plancha. Es una serie tremendamente ambiciosa y me atrevería a decir que incluso vocacionalmente espiritual.
Atrapado en el Tiempo sería el mejor ejemplo para tratar de sugerir aquello que es el serie. Ni una comedia, ni un drama; algo distinto. Con un tono personal y diferente; y esto, amigos, en un momento en el que se producen 500 series el año, es positivo. Porque no nos encontramos con una serie hecha con escuadra y cartabón, y eso juega en su contra, en ocasiones tiene algunas inconsistencias en el tono, exposiciones torpes; pero cuando da en el clavo es verdaderamente buena. Me recuerda a algo que Netflix lanzó hace unos meses; Dead To Me, tenía problemas; pero también momentos brillantes. Por cierto, Paul Rudd está espectacular.