Año: 2017 | Título original: 47 meeters down | Dirección: Johannes Roberts | Producción: Dimension Films / Tea Shop, Film Company | Guión: Johannes Roberts, Ernest Riera | Fotografía: Mark Silk | Música: Tomandandy | Reparto: Mandy Moore, Claire Holt, Chris Johnson, Yani Gellman, Santiago Segura, Matthew Modine, Mayra Juarez, Axel Mansilla | Género: Terror. Aventura | Duración: 87 min
Johannes Roberts, conocido por El otro lado de la puerta, nos trae una agobiante cinta donde el protagonismo recae en los depredadores del mar, los tiburones. A 47 metros, también conocida como In the Deep, es una película de terror de serie b que trae a sus espaldas una recaudación de más de 41 millones, por los aproximadamente 5 que costó, en tierras estadounidenses, siendo la obra cinematográfica independiente que más ha recaudado en taquilla en lo que va de año, poca cosa.
A 47 metros le da una vuelta a lo que nos tiene acostumbrado el cine de tiburones, si es que se puede catalogar como género, y en lugar de jugar con el terror que sentimos al ver una aleta acercándose hacia nosotros en la superficie del agua, o en algún barco perdido en medio del océano esperando la muerte, el filme da un paso, hacia abajo en este caso, pues nos traslada a un lugar mucho más peligroso, las profundidades.
Dos hermanas, mientras se encuentran de vacaciones en México, realizan una inmersión en una jaula en el océano para observar a los tiburones. Sin embargo, el cable que mantiene la jaula atada al barco caerá junto con ella, dejando a ambas hermanas encerradas en la jaula a 47 metros de la superficie, con el oxígeno agotándose y con tiburones merodeando cerca.
Bien empecemos entonces a entrar en materia. Como ya he dicho, la película se aleja de algunos de los clichés más importantes a los que estamos acostumbrados al ver la aparición de algún escualo en el cine, y aquí radica su mayor virtud. La atmósfera que consigue crear la cinta es asfixiante, mucho mérito de esto radica en rodar casi toda las escenas debajo del agua literalmente, todo un acierto en ese sentido, con una oscuridad que llenará la pantalla casi al completo y jugando con las luces de los objetos que tendrán a mano las protagonistas.
Además la sensación de ir a contrarreloj siempre estará ahí, y pensando qué harías en esa situación, ¿esperar a que llegue la ayuda, aunque es posible que en la espera te llegue la muerte por la falta de oxígeno o arriesgarse a salir a la superficie, aun sabiendo que puedes ser atacado por un tiburón y que tienes que tener en cuenta el síndrome de descompresión al salir a la superficie?
Pero otro mérito que tiene también a la hora de crear la tensión, es cómo usa a los tiburones, ellos son los protagonistas, está claro, pero no los veremos cada dos minutos apareciendo, aun así su presencia siempre esta ahí, y habrá veces que pensaremos que ahora es cuando saldrá uno y atacará a alguna de las protagonistas, pero quizás no…aun así esa tensión y miedo nunca se disipará, y se verá multiplicado cuando hagan sus primeras apariciones.
Pero este buen hacer creando el agobio en el espectador, se ve a veces eclipsado por un guion pobre en exceso, no empieza mal del todo, pues van al ajo en menos de 15 minutos, y en este tipo de filmes se agradece, pero nunca nos dará una sensación de sorpresa o alabaremos la labor de guion. La película acabará tal y como todos pensamos que lo hará a los primeros compases de empezarla, y posiblemente siempre vayamos unos pasos por delante de ella anticipando todo lo que irá aconteciendo, incluso en un giro final que intentan meter, nos daremos cuentas de él a leguas.
Aun así, A 47 metros no deja de ser lo que es, un divertimento que ni mucho menos intenta ser la nueva Tiburón, y en eso no falla, la película se te pasará volando (o nadando). Otro dato curioso es que coincidiendo con la salida de ésta, apareció un poco antes otro filme muy parecido llamado Infierno azul que comparte muchas similitudes, de hecho ocurre en México también, para el que se haya quedado con ganas de más tiburones puede ser algo a tener en cuenta.