Striking Vipers es el título del capítulo con el que Netflix y su creador Charlie Brooker han querido abrir esta nueva temporada 5 de Black Mirror. Quizá no sea uno de los episodios que más se acercan a la esencia de esta serie antológica, pero sí creo que es uno de los que posee mayor sensibilidad, siempre por detrás, por descontado, de aquel maravilloso San Junípero.
Striking Vipers se toma su tiempo en abrir la caja mágica y durante buena parte de esa hora de duración se dedica a presentarnos a los personajes y a ponernos en situación. A muchos les parecerá lento el inicio, pero es totalmente necesario para poder terminar con un magnífico final en el que nada nos es extraño, a pesar de lo loca que pueda parecer la situación.
Actualmente, Black Mirror: Striking Vipers está disponible en el catálogo de Netflix
*Aviso a navegantes de que a partir de aquí esta crítica será con spoilers.
Striking Vipers es la historia de un complejo y sorprendente triángulo amoroso… el de Danny, Theo y Karl, triángulo al que se le unen dos personajes de un videojuego. En la primera parte del capítulo vemos que son unos jóvenes despreocupados que pasan su tiempo de ocio entre borracheras, sexo y el citado videojuego de lucha, que recuerda mucho al legendario Street Fighter, y al que Danny y Karl pasan noches enteras jugando, eligiendo siempre los mismos personajes.
El tiempo pasa, y tras 11 años, Danny y Theo se han casado y han tenido un hijo. Una buena casa, una buena esposa, un hermoso hijo del que estar orgulloso… una vida tranquila, la vida acomodada que se supone hay que tener para ser feliz, y ellos han conseguido. Sin embargo todo termina por volverse rutinario, y el tedio se apodera de la pareja.
En ese momento irrumpe en escena Karl, que llega a la fiesta de cumpleaños de Danny con un regalo maravilloso… la nueva versión del videojuego al que tantas horas dedicaron en el pasado los dos amigos. Esta nueva versión incorpora un dispositivo que tras colocarse en la cabeza, permite al jugador entrar en una realidad virtual en la que las sensaciones parecen de lo más reales.
Comienzan a jugar entre ellos eligiendo a los dos luchadores que siempre escogían… Roxette, una exuberante belleza asiática y Lance, un adonis en forma de karateka musculoso. Tras un par de contiendas Roxette se posiciona encima de Lance y se dan un beso apasionado. Arrepentidos, terminan el juego de forma abrupta. Al día siguiente le restan importancia a lo sucedido y vuelven al juego como si nada hubiera pasado, pero en seguida sucumben al deseo sexual y acaba volviéndose una costumbre.
Esto hace que se planteen si se han vuelto homosexuales, ya que aunque los personajes sean de diferente sexo en la realidad virtual, ellos son dos cuarentones, y que aunque lleven vidas muy diferentes, no son completamente felices en ellas. La relación de Danny con su mujer se hace más fría y distante, y Theo le confiesa que ella también se siente presa de la apatía y le gustaría desmelenarse, pero no lo hace por lo que ella cree significa el compromiso con él y con su familia. Danny corta entonces las citas que mantenía con su amigo Karl en el mundo virtual.
Pasan los meses, Theo vuelve a estar embarazada e invita al cumpleaños de Danny a Karl, y ese reencuentro hace que vuelvan a sus juegos sexuales virtuales. Entonces Danny decide verse con Karl y ver si realmente lo que sienten el uno por el otro es real o solo existe en su videojuego. No queda muy claro que ellos no estén enamorados, pero el encuentro termina en comisaría tras una pelea entre ambos.
Theo tiene que sacar a su marido de la cárcel y este le cuenta toda la verdad sobre lo que ha pasado, aunque no se nos muestra de forma explícita. El capítulo termina con lo que parece un acuerdo entre ambos para tener noches esporádicas de libertad, en las que cada uno le entrega el anillo de compromiso al otro para devolvérselo a la mañana siguiente. Theo se marcha a un bar a ligar y Danny se conecta al videojuego donde lo espera su amigo y amante Karl… o deberíamos decir Roxette?
Son muy interesantes las preguntas que plantea el capítulo y cómo te las hace llegar. ¿Es la felicidad la consecución de los objetivos tradicionales de tener un buen trabajo, casarse y tener hijos? ¿De verdad son las mismas reglas las que se pueden aplicar en un mundo virtual que en la vida real? ¿Son realmente gays Karl y Danny? ¿Están enamorados Karl y Danny o realmente lo están de Lance y Roxette?
Esta es una parafilia que es muy común en nuestros días. La schediafilia o síndrome de complejo 2D es el enamoramiento de una persona por un personaje de ficción. Algo que parece imposible, pero es muy normal, por ejemplo, entre los llamados otakus, que sienten verdadera atracción tanto emocional como sexual por los personajes que protagonizan sus mangas o animes favoritos.
En cuanto al final, la verdad que me queda la duda si no hubiera sido mejor terminar justo cuando vuelven de comisaría en el coche y hay una pausa en la que parece que Danny le va a contar la verdad a Theo. Hubiera sido una buena opción dejar a interpretación el desenlace y quizá pensar que Danny le pide el divorcio al entender que realmente de quien está enamorado es de Karl, pero creo que Charlie Brooker finalmente intenta dirigir el capítulo a una opción más cercana a la esencia Black Mirror, dejando la schediafilia en un plano más principal.
Striking Vipers no será uno de los capítulos más fieles a la naturaleza de Black Mirror, pero sí que es uno de los más profundos y complejos en cuanto a sentimientos se refiere. Está muy bien construido, con unas actuaciones notables y mantiene los fantásticos toques de humor ácido tan característicos de esta serie.