AÑO: 2017 | TÍTULO ORIGINAL: La Batalla De Los Sexos | DIRECCIÓN: Jonathan Dayton, Valerie Faris | PRODUCCIÓN: Clod Eight Films, Decibel Films, Fox Searchlight Pictures | GUIÓN: Simon Beaufoy | FOTOGRAFÍA: Linus Sandgren | MÚSICA: Nicholas Britell | REPARTO: Emma Stone, Steve Carrell, Andrea Riseborough, Elisabeth Shue, Austin Stowell, Sarah Silverman, Alan Cumming, Eric Christian Olsen, Jessica McNamee, Mickey Summer, James Mackay, Agnes Olech, Chet Grissom, Chip Chinery, John C. McGinley | GÉNERO: Comedia. Basado en hechos reales. | DURACIÓN: 121 minutos.
Nadie le va a negar el carácter polifacético a Emma Stone en los últimos años, y es que si hace unos meses veíamos a la actriz embutida en todo un musical como La La Land: La Ciudad de las Estrellas, ahora la vemos encarnada bajo la piel de la mismísima tenista Billie Jean King en una de las reafirmaciones feministas más valientes, arriesgadas y loables que la historia de este movimiento (y del mundo en general) haya tenido el placer de vivir. En frente tendrá a un Steve Carrell, disfrazado de Bobby Riggs, tan bonachón y simpaticón como siempre en este drama con tintes de comedia inspirado en hechos reales.
En 1973, dos tenistas: Billie Jean King y Bobby Riggs, se enfrentaron en un sonado partido conocido como «La batalla de los Sexos», y en el que hubo algo mucho más en juego que un puñado de dólares.
Bajo esta premisa, la cinta arranca con una estética setentera que le da un aire de época a la película, además de las propias caracterizaciones de los personajes y los decorados. Desde el equipo de arte, maquillaje, escenografía y medios técnicos de FOX se ha realizado una loable tarea para transportar al espectador a aquellos maravillosos 70 donde la gente charlaba alegremente en peluquerías, se llevaban los anuncios de naturaleza vintage y algunos hombres se jactaban del resto a golpe de sonrisa y puro en mano. Hay quien dice que aquello fue una época maravillosa y hay quien afirma lo contrario, pero la recreación está ahí y, además, está muy conseguida. Dicho esto, el filme nos presenta al personaje de Emma Stone, la tenista Billie Jean King, y nos aclimata dentro de su seno para dar paso a su contraparte denominada Bobby Riggs e interpretada por Steve Carrell, un ex-campeón tenista de 55 años a quien el juego y los ambientes poco deseables lo habían denostado a una situación familiar delicada y una vida venida a menos. Este es el punto de partida y desde aquí se empieza a construir la trama, con unos personajes que irán realizando sus vidas mientras el eje de los acontecimientos, la propia desigualdad de género hacia la mujer, los lleve a tener que tomar las decisiones que toman. Es por esto que la película nos llevará por dos viajes que confluyen en uno y que se caracterizan por dos cosas: el ser y el quere ser.
Por una parte, el ser feminista de Billie Jean King y luchar por unos derechos de la mujer que, aún a día de hoy y muy desgraciadamente, están lejos de ser igualitarios frente al sexo masculino; y, por otra parte, el querer ser machista de Bobby Riggs para seguir jactándose de unos dólares envenenados por el poder del juego y una vida equilibrada por la fuerza de un hilo. Hasta aquí bien, todo claro, pero creo que ambos son personajes con los que, por muy buena interpretación que se haya realizado, no son fáciles de conectar, y esto viene dado por las propias acciones de los mismos. Billie Jean King fue una persona que fue infiel a su pareja sentimental, su marido Larry, y vivió una mentira durante un tiempo arrastrando a otra persona tras de sí, que por lo menos en el filme nos la pintan como la santísima caridad. Bobby Riggs fue un deportista venido a menos con el paso de los años que había sucumbido a una espiral sin aparente fondo y donde, poco a poco, estaba arrastrando a su familia mientras ella respiraba ahogada el peso de sus decisiones. Son más parecido a un anti héroe que a un héroe, pero así es la historia.
Además de su carácter histórico y pedagógico, el filme destaca por repartir bandazos a todo el que puede: de todos aquellos hombres que se jactan de la mujer para conseguir beneficios empresarios, de todo el movimiento machista (la película se postula claramente desde el feminismo) y, más que nada, de los bochornosos espectáculos tan comentados hoy en día y que tenemos oportunidad de ver una o dos veces al año: los súpercombates/partidos o etc. Todo un circo mediático donde se pone en juego a unas personalidades y los organizadores se llenan los bolsillos a cambio de ofrecer un espectáculo pirotécnico pero opaco, en el que ni hay ni se deja entrar.
En definitiva, La Batalla de los Sexos es un resultado de la Hollywood sentimentalista que quiere convertirnos en mejores personas año a año en base a hechos históricos o personajes que, inesperadamente, cambiaron el futuro de la historia de la humanidad; todo ello con uno de sus máximos responsables cometiendo atrocidades contra la mujer. Paradójico, ¿no? Mejor quedémonos con la película y dejemos el resto. Recomendable.