Apple TV+ quiere afianzarse en el mercado del streaming, y ha apostado con The Morning Show por tratar un tema candente y delicado, como es la presencia demostrada del acoso sexual en Hollywood y la cultura del silencio. Y lo hace apoyándose en grandes actuaciones.
The Morning Show, dirigida por Mimi Lede, sigue a Alex Levy, quien, tras el despido de su compañero por múltiples acusaciones de acoso sexual, lucha por retener su trabajo como principal lectora de noticias mientras provoca una rivalidad con Bradley Jackson, una aspirante a periodista que busca su lugar en el mundo del periodismo.
El piloto de “The Morning Show” parecía que posicionaba a la serie en el perfil de “una más”. Tras los primeros compases del primer capítulo, la historia se centra en el salvaje mundo de los presentadores de programas matinales de la televisión estadounidense. La primera impresión es que la serie se centraría en el duelo entre Jennifer Aniston y Reese Witherspoon por tomar el control del programa matutino tras la caída en desgracia de Steve Carrell, salpicado por las acusaciones de acoso y abuso sexual.
Lejos de quedarse en una trama tan básica y ya trillada en el mundo de las series, el show avanza con firmeza a medida que avanzan los episodios. Sin entrar en spoilers, la serie desarrolla no sólo el enfrentamiento entre las principales protagonistas por hacer del noticiario un oasis de verdad entre tanta manipulación mediática. Se arriesga y enfrenta el tema principal, el comienzo del movimiento #metoo, de una manera responsable, auto crítica y sin caer en el tópico fácil.
En The Morning Show se muestra con claridad la figura del depredador corporativo, así como la cultura del silencio, la vergüenza de la situación, la soledad de la víctima, la mortificación del acusado, las consecuencias de actos poco éticos, el como esos actos y la manera de afrontarlos afectan a terceros, pero, todo ello de manera responsable y desde varios prismas.
La trama gira en torno a lo que ha ocurrido para llegar a esa situación, pero para no caer en la simple denuncia, se apoya en la reconstrucción de la imagen del programa tras el escándalo sexual. Lo hace centrándose en la base de la sociedad: las relaciones humanas. Y ahí reside la fuerza y el empaque de esta serie, en como trabaja las relaciones humanas de los afectados, tanto a nivel directo como de manera indirecta. Para que no sea simplemente un drama, la ambición, la traición y el poder empresarial tienen fuerte presencia en las tramas que exploran los capítulos que completan una de las sorpresas del año.
A nivel de actuaciones, Gugu Mbatha-Raw, Billy Crudup, Néstor Carbonell y Mark Duplass completan un elenco en el cual destaca, como cabia esperar, la actuación de Steve Carrell como Mitch Kessler, estrella caída en desgracia tras acusaciones de acoso y abuso sexual. El camino que recorre tras su caída invita a la reflexión responsable. Pero lo mejor que tiene la serie, sin duda, es la lucha entre la ambición y la verdad entre Alex Levy (Jennifer Aniston) y Bradley Jackson (Reese Witherspoon). El retorno a la actuación de Rachel de Friends, en un papel protagonista, ha sido una de las mejores noticias que nos ha podido traer la apuesta de Apple TV+. Superando ya los cincuenta, su presencia en ocasiones se ve eclipsada por el poder en pantalla tanto de Carrell como de Witherspoon, pero es ella el hilo conductor de la historia.
En resumen, una serie con un fondo mucho más trabajado y completo del que aparenta a primera vista, con un guión que, aunque por momentos adolece de poco ritmo, termina por convencer al no perderse en las tramas secundarias que llevan al desenlace final de la temporada. Confirmada ya la segunda temporada para Noviembre de 2020, se trata de una serie madura, seria y responsable con los temas que trata.