Ben Affleck protagoniza The Way Back, un conmovedor ‘drama deportivo’ sólido, sobrio y contenido.
Es complicado abordar la crítica de The Way Back, filme protagonizado por Ben Affleck, sobre un divorciado, con sobrepeso, que tiene problemas de alcohol, sin antes, hablar, brevemente, sobre la adicción que ha acompañado al intérprete durante tres momentos de su vida: 2001, 2017 y, brevemente, 2018, tras divorciarse definitivamente de su actual ex-mujer, la actriz Jennifer Garner. Ella ha asegurado en entrevistas que sus problemas con el alcohol, el juego y el vaivén de proyectos hicieron que le pidiese el divorcio a Ben; quien, hace aproximadamente un año, declaró que:
«Ser alcohólico es parte de mi vida, es algo con lo que tengo que luchar. No tiene que subsimir toda mi identidad y convertirse en todo lo que soy, pero, definitivamente, es algo en lo que trabajar».
Así que, imaginaos, resulta sorprendente afrontar una película sobre un personaje que comparte este problema con Affleck; por aquello de, quizás, intentar ver cuándo el actor se desliga del personaje para hacer frente a su adicción. Pero eso, al fin y al cabo, hablaría muy poco de The Way Back como película, ya que sería no dar motivos sólidos para centrar la atención en sus propios elementos intrínsecos; y eso, ya les digo, no sucede.
(Así que, mejor, dejemos para otro momento los problemas de Affleck y que queden como un detalle más para abordar este título, sin ser el factor determinante para su disfrute).
¿De qué va?
Una antigua estrella de baloncesto, Jack Cunningham, caído en desgracia y sumido en las adicciones trata de reconducir su vida al aceptar ser el entrenador de un equipo de baloncesto local, anclado en los últimos puestos.
The Way Back funciona principalmente por cuatro pilares constantes: tensión, emoción, drama y evolución, mezclados con decisión para que el título avance. Así, se nos presenta la complicada situación en la que vive Jack Cunningham y cómo el baloncesto ha influido en él, siendo el punto de partida de un guion que no se detiene nunca. La película consigue enganchar desde el primer minuto y, hasta el final, sabe mantener el listón para dejarnos con ganas de más una vez conclusa. No pretende un debate, sino que está construida como una montaña rusa que juegue con nuestras emociones durante los 108 minutos que dura; eso sí, bajo mi humilde opinión, no exenta de clichés que me chirrían bastante.
Para los amantes del baloncesto: The Way Back no es un filme que base su relato en torno al él. El leitmotiv es la vida de Jack, por qué ha llegado hasta ahí y el camino que encuentra para poder reconducirla, siendo el baloncesto la pieza fundamental para poder conseguirlo. ¿Qué quiero decir? Que, pese a que este deporte cobre un peso muy relevante, no es en lo que se basa, sino en el relato del protagonista. Por tanto, olvidaos de ver la nueva Camino A La Gloria o Coach Carter; más bien, un relato inspirado en torno al baloncesto para contar una historia que va por otro sitio.
Así se despidió Ben Affleck de Batman, su desvinculación del Universo DC
Ben Affleck resalta por protagonizar un papel intenso, duro y humano que, como mencioné al inicio del texto, se enriquece con la similitud de su vida. El propio director, Gavin O’Connor, ha reconocido en entrevistas que es aquí donde pudo disfrutar y jugar con Affleck como actor, ya que había mucho donde explorar. Junto con su buena actuación se suma la del resto del elenco, entre los que podemos ver a Hayes McArthur, Janina Gavankar -ambos conocidos por aparecer en The Morning Show– o Rachael Carpani, pero The Way Back está construida para que sea el protagonista lo que brille y el resto cumplan. Ni lo oculta ni digo que esté mal.
Lo que sí me gustaría resaltar es la dirección de fotografía, llevada a cabo por el catalán Eduard Grau. Para los que no lo conozcan, entre sus trabajos más destacados se encuentran Buried (Enterrado), A Single Man, Quién te Cantará, Identidad Borrada o diversas publicidades service como Nissan-Star Wars, NBA 2k20 o Toyota-Racing Inspired -todos estos trabajos los podéis encontrar clickando en el enlace sobre su nombre, unas líneas más arriba-. Es uno de los rostros más conocidos dentro del mundillo; por lo menos, en España, afincado desde hace años en la industria estadounidense. Grau apuesta por una fotografía rodada en anamórfico, con un ruido orgánico -entiendo que- forzado en cámara y una luz que juega con los tonos y contrastes para ganar en poder visual, pero no despistar de la realidad. Por ello me llama especialmente la atención la luz de los pabellones -que, por cierto, hace un muy buen conjunto estético con el ruido y determinados flares– y la intención de la luz rebotada para iluminar actores. Sin duda, un trabajo muy fino -¿qué podemos decir de Eduard Grau a estas alturas?-.



En definitiva, The Way Back es un ‘drama deportivo’ sólido y sobrio que funciona y que, pese a sus fallos, consigue enganchar y que no tomen mayor relevancia. A favor destaco el papel de Ben Affleck, lo efectiva de su puesta en escena y la dirección de fotografía. En contra, como he mencionado, lo cliché que me resulta en determinados momentos. No obstante, es una película disfrutable, cuanto menos.