Stranger Things, una de las series más famosas de Netflix, ha vuelto a nuestras pantallas para sembrar el debate y la discusión entre los fans de la serie. ¿Es usted de blanco o de negro? Aquí les presento una crítica que trata de ser honesta con la temporada sin caer en fanatismos. Como siempre y como a mí me gusta, sin spoilers.
Estrenada el 15 de julio, imagino que ya la mayoría de ustedes habrán tenido tiempo para visualizar la nueva temporada de Stranger Things. De esta forma, se posicionaran bien en la corriente negativa de la crítica sobre la temporada, bien en los que la consideran “la mejor de las tres temporadas”. Por otro lado, pueden unirse a mí y situarse en una agradable equidistancia, donde, esbozando una sonrisa, tratamos de hacer frente al entusiasmo de sus ensalzadores y al rechazo de sus detractores.
Esta temporada es un paso más en el proceso de madurez de la serie, y un paso más en la confianza que deposita en el espectador.
8 capítulos son los que conforman la nueva temporada de Stranger Things. Su nivel va «in crecendo», con un inicio, en mi opinión, pausado y aburrido, con conversaciones fáciles y simplonas que pueden llevar a desesperación al espectador impaciente. Colocadas sobre una historia inicial poco atractiva, va evolucionando hacia un escenario donde la incorporación de elementos que incrementan la acción y el ritmo de la narrativa consiguen dar un giro a la serie.
Posiblemente el principal problema es que aporta cosas nuevas a las dos temporadas anteriores, y posiblemente es este uno de los argumentos que parte del público utiliza para criticarla. Sin embargo la pregunta que podríamos hacernos es: ¿qué hay que exigir a una serie como Stranger Things? Esta temporada se mantiene en la línea de entretenimiento de las dos anteriores y vuelve a realizar un gran ejercicio dentro del género de aventuras.
Independientemente de que sea la mejor de las tres temporadas de la serie de Netflix (en mi opinión, una cuestión irrelevante), es una temporada que si bien no guarda la sorpresa de las tres anteriores (desventajas de ser la tercera temporada) es igualmente recomendable.
La formula Stranger Things sigue funcionando. Sin embargo, el problema de cualquier fórmula es que consiste en la repetición de los mismos patrones para conseguir unas consecuencias idénticas o similares. Esta repetición de los mismos patrones y elementos clave pueden ser la causa de que parte de los espectadores se hayan cansado.
En conclusión amigos, ni tanto ni tan calvo, ni blanco ni negro. Ni es una temporada que te va a cambiar la vida ni te deja ciego al darle al play. Es una buena temporada, sin más. Cumple con lo exigido, y eso es lo que importa. Si tenias ganas de verla y te han convencido de que no lo hagas, no les hagas caso y juzga por tu cuenta esta última temporada de Stranger Things.
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