Seguimos con las críticas de Star Wars: Visions, con los últimos 4 cortos anime basados en Star Wars.
Star Wars: Visions nos ofrece la visiónde los estudios más prestigiosos de la animación japonesa (Kamikaze Douga, Geno Studio (Twin Engine), Studio Colorido (Twin Engine), Trigger, Kinema Citrus, Science Saru, y Production IG) sobre el universo creado por George Lucas, a través de nueve cortos.
En esta segunda parte analizaremos los 4 últimos cortos restantes (T0-B1, El anciano, Lop y Ocho y Akakiri).
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Crítica de T0-B1 (Star Wars: Visions)
Título original: T0-B1 | País: Japón | Dirección: Abel Góngora | Guion: Yuichiro Kido | Música: Kenichiro Shibuya, A-bee | Producción: Science SARU
Abrimos esta segunda tanda de críticas con el sexto miembro de la familia Star Wars Visions. Dirigida (sorprendentemente) por un representante patrio: el español Abel Góngora. Pese a su corta edad (38 años) cuenta con una dilatada carrera en alguno de los estudios de animación más interesantes del panorama actual. Dando sus primeros pinitos en el conocido estudio irlandés Cartoon Saloon (La canción del mar, El pan de la guerra), para pasar luego a la compañía francesa Ankama (Mutafukaz, Wakfu) y terminar llegando a lo que nos ateñe hoy en día, el estudio japonés Science Saru.
Muy curiosa la historia de este animador y cómo desde Valencia terminó en Tokio trabajando con algunos de los mejores animadores japoneses, como es nuestro querido Masaaki Yuasa (aunque no hace mucho que terminó abandonando el estudio). En esta empresa cuenta ya con muchos proyectos a sus espaldas, no por algo fue de las primeras personas en unirse al staff y ha desempeñado funciones como la de director del equipo de animación flash. Entre sus trabajos en el estudio se cuentan obras como Lu Over the Wall, El amor está en el agua o la brillante Devilman Crybaby. Por último, y no menos importante, toma el papel de director en este T0-B1, para nada más y nada menos que la franquicia Star Wars.
Vaya chapa os he soltado, por suerte para vosotros el episodio del bueno de Abel es todo lo contrario. Aprovecha cada momento de los aproximademente 13 minutos que dura para darnos un bonito cuento donde Astroboy y Luke Skywalker se darán de la mano. T0-B1 es un robot que vive en un planeta desolado junto a su creador, el profesor Mikata (una especie de Dr Tenma y Obi Wan), y que sueña con ser Jedi algún día, para cumplir este objetivo debe encontrar su propio cristal de Kyber. Todo se complicará cuando aparezca en la apacible vida de T0-B1 y el profesor una nueva amenza.
Cuenta con un guion bastante familiar, el estudio Science SARU sabe perfectamente en el formato que está trabajando y opta por darnos una historia sencilla y simpática, en la que pese al corto tiempo lleguemos a empatizar y coger cariño a nuestro protagonista, para así darlo todo en su animación.
Pese a la marcha de Yuasa, la empresa mantiene viva su esencia y se ve perfectamente reflejado en este episodio. Un estilo de personajes redondeado y con una paleta de colores variada pero moviéndose sobre todo en tonos fríos, que nos puede recordar a obras como Kaiba. Una animación vívida en la que nunca hay tiempo para estar estático, sin líneas demasido marcadas que no tienen miedo a deformarse por encima de la lógica y en favor siempre del movimiento. Esto nos deja escenas excelentes como el combate entre T0-B1 y el «asesino de Jedi». Y está claro que Yuasa ha calado bastante hondo en el estilo de Abel y la propia Science SARU, pero aun así sabe darle unas pildoritas de personalidad propia a su animación, como esos interiores bastantes más detallados que a los que nos acustumbra el japonés. En definitiva, bastante contento con el resultado de este episodio, y un ojo puesto en Science SARU, que pese a la marcha de Yuasa aun tiene mucho que decir.
Escrito por José Antonio Izquierdo Navarro.
Nota: 8/10
Crítica de El anciano (Star Wars: Visions)
Título original: The Elder | País: Japón | Dirección y guion: Masahiko Otsuka | Música: Michiru Ôshima | Producción: Studio Trigger
Disney + tiene un filón con Star Wars, y lo sabe. Se van a tomar con calma las cosas y van a dejar que la gallina de los huevos de oro los empolle bien. Buena muestra de ello es Star Wars: Visions, y The Elder (El anciano) es una apuesta firme por explotar el borde exterior.
Ya en Mandalorian se ha visto que el borde exterior tiene mucho que ofrecer, y dentro de la propia saga, se ha explorado muy poco. En este capítulo, un maestro Jedi y su Padawan investigan un planeta, en el cuál la presencia de un Sith despierta sus sospechas. Un Sith viejo, antiguo más bien, con doble sable y el lado oscuro fuerte en él. Es un capítulo simple y
corto, pero tener al estudio Trigger a sus espaldas es una garantía. De bella factura, la animación recuerda vagamente al estilo de Studio Ghibli, con fondos fijos que son auténticas obras de arte. Movimientos fluidos en la batalla y sin distorsionar los rostros, una práctica cada ve más común en el anime.
A nivel de guión, no es más que otra batalla de sables laser entre un Sith y un Jedi, pero abre las puertas a un vasto universo. Hay que disfrutar de estos cortos como lo que son: puertas de entrada a nuevas historias, y puertas de salida a la saga Skywalker.
Escrito por Yalinku.
Nota: 8/10
Crítica de Lop y Ocho (Star Wars: Visions)
Título original: Lop & Ochô | País: Japón | Dirección: Yuuki Igarashi | Guion: Sayawaka | Música: Yoshiaki Dewa | Producción: Geno Studio, Twin Engine
Comenzamos en Tao, un planeta rico en recursos que forma una alianza con el Imperio galáctico. Aunque esto desgraciadamente conlleva a la privación de los recursos naturales del planeta, obligando a sus habitantes a vivir de una forma precaria. Lop logra escapar de las garras del Imperio donde la obligaban a realizar trabajos forzados y se cruza con Yasaburo, el jefe del clan que habita en el planeta, y su hija Ocho. Él, aunque en un principio es reticente, acepta hacerse cargo de Lop y la admite en su familia convencido por su hija Ocho.
Avanzamos 7 años y nos encontramos a Yasaburo harto de la explotación del Imperio y decidido a luchar contra él para expulsarlo del planeta. Su hija Ocho, en cambio, cree que lo mejor es abrazar el Imperio para que el clan prospere. Y eso hace precisamente, se alía con ellos delante de Lop cortándose la trenza, un gesto japonés que simboliza la pérdida de honor. Yasaburo comprende que su hija está perdida y decide entregar el legado familiar a Lop, aunque no compartan lazos de sangre. Se trata de una espada láser que un Jedi dejó hace décadas a sus antepasados para que protegieran al clan y su planeta.
Más tarde, se produce una pelea entre Yasaburo y su hija Ocho dónde ésta lo ciega y está a punto de matarle si no llega a ser por Lop, que lo salva en el último momento haciendo uso del sable láser. Ambas hermanas se enfrentan en una pelea corta pero intensa donde Ocho acaba herida. Ésta consigue huir en un transporte del Imperio dejando a Lop y al espectador con las ganas del desenlace final.
El estilo artístico que funciona a las mil maravillas con la historia, la animación que recuerda a las producciones del gran estudio Ghibli y la trama sobre la ruptura de una familia debido al conflicto entre el avance tecnológico y la preservación de la naturaleza hacen de este octavo episodio un producto convincente. La relación de la familia está muy bien tratada y se siente muy natural incluso para que el espectador entienda las convicciones de cada personaje aún contando con tan poco metraje de capítulo. Eso sí, cabría destacar que el tercer acto se queda demasiado abierto y resulta demasiado corto.
Escrito por Javier Sánchez.
Nota: 8/10
Crítica de Akakiri (Star Wars: Visions)
Título original: Akakiri | País: Japón | Dirección: Eunyoung Choi | Guion: Yuichiro Kido | Música: U-Zhaan | Producción: Science SARU
El noveno capítulo puede que no destaque demasiado por su animación, ni tampoco por una trama muy complicada, pero sin duda llegará al espectador. Quizá sea de los pocos capítulos que te lleve a pensar un poco en las películas de Star Wars al comparar lo que nos ofrece con estas.
La trama empieza en un planeta soleado que nos parece querer transportar a Tatooine. Unos seres, muy parecidos a los moradores de las arenas, persiguen a nuestro protagonista Jedi, Tsubaki. Este se desmaya por unas visiones hasta que se despierta en una cueva. En esta cueva está la princesa de nuestra trama. La historia girará en torno a cómo nuestros protagonistas vuelven al palacio para destronar a la Sith que ha tomado el control del reino.
Todo el capítulo tiene una similitud a la historia de Padme y Anakin, lo cual consigue un cierto efecto en el espectador. Desde los flashbacks de nuestro Jedi, la princesa, la manera en la que buscan restaurar el equilibrio en su planeta y el trágico final con el que acaba nuestra historia, todo nos lleva de vuelta a Anakin y Padme. Sin duda alguna es un pequeño toque nostálgico que llega al espectador más fan de esta saga.
Escrito por Alex Bogdan.
Nota: 8/10
No te pierdas el resto del análisis (capítulo del 1 al 5) en la primera parte de las críticas a todos cortometrajes de Star Wars: Visions.