Roskilde 2019. Día 2. Lluvia de estrellas, lagrimas, y esguinces

Roskilde 2019. Día 2. Lluvia de estrellas, lagrimas, y esguinces

Hoy repasamos la segunda jornada de Roskilde 2019, con actuaciones de Aurora, Brockhampton, Travis Scott, Denzel Curry o Empire of the Sun entre otros.

Tras una preciosa jornada inaugural, tocaba enfrentarse a uno de los días más salvajes que haya vivido nunca en un festival. Lluvia, pogos, emociones rotas, y un esguince para aderezar una tarde mágica en Roskilde. What a time to be Alive!

Aurora

Roskilde 2019. Día 2. Lluvia de estrellas, lagrimas, y esguinces
Roskilde 2019. Día 2. Lluvia de estrellas, lagrimas, y esguinces

Era una de las artistas más esperadas de esta edición, y no era para menos. La noruega es el cruce definitivo entre Lorde, Bjork, y Florence + the Machine. Un huracán que en segundos pasa del poderío vocal e instrumental, a las melodías pop agradables, o la experimentación más atrevida. Pude disfrutar de ella en Sziget 2018, y arrancar el segundo día con ella en el escenario Apollo (mi favorito del festival) era todo un lujo. Y no decepcionó.

Empezó muy alegre con The River, una muestra de su increíble habilidad para construir grandes melodías pop, para dar paso rápidamente a uno de mis temas favoritos de ella, Churchyard. Entre pausa y pausa, aprovechaba para hablar con el público en un perfecto dialecto nórdico, del que no comprendía prácticamente nada. Pero el público sonreía, y su tono de voz, era encantador, a la par que sorprendente, por el contraste tan potente entre una pequeña hada que se convertía en un tornado cuando emergían nuevos temas. Cada tema sonaba con una potencia descomunal, especialmente destacaría Soft Universe, un precioso tema que enlazó con una de sus más icónicas composiciones, Runaway. No fue hasta este momento, cuando el público empezó realmente a meterse en el concierto, momento ideal, porque empalmó la apabullante The Seed (que provocó varios head banging), junto con una versión remixeada de la preciosa I Went To Far, para poner el broche final con Queendom y Running With The Wolves. Para sorpresa de todos, Conqueror se quedó fuera del setlist, pero fue un concierto precioso, e ideal para abrir un día mágico.

Joey Purp

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Tocaba volver al camping a cambiarse de ropa, porque la lluvia empezaba a pegar fuerte. Repetía con Joey de nuevo tras su interesantísimo concierto de Primavera Sound 2017, pero aquí, se notaba una evolución impresionante. Roskilde es un lugar en el que poco hace falta para hacer un mosh pit, bailar junto a unos desconocidos, y da absolutamente igual si la lluvia hace acto de presencia para dejarte como un gato mojado el día de lavadora de color. El norteamericano supo calentar al público con su característica mezcla de beats secos y minimalistas, con estribillos coreables y vanguardistas. Purp lo tiene. Suena diferente, fresco, sexy, y con contundencia. Para cuando soltó su hit con Chance The Rapper (lo más cercano a verle por Dinamarca), se formó tal jarana, que la lluvia cesó ante el calor de los pies daneses, que literalmente secaron el ambiente, y lo convirtieron en algo más cercano a una película llena de sexo libre. Divertidísimo.

Lemaitre

Roskilde 2019. Día 2. Lluvia de estrellas, lagrimas, y esguinces
Roskilde 2019. Día 2. Lluvia de estrellas, lagrimas, y esguinces

Voy a ser directo. LA GRAN SORPRESA DEL FESTIVAL. Esperaba un concierto divertido, pero no esta mezcla pluscuamperfecta entre Justice, Carpenter Brut y Odesza. Un ejercito de instrumentos de viento (como volaban esas trompetas), aderezado con voces masculinas y femeninas, dieron uno de los conciertos más divertidos de mi vida. No os voy a mentir, la lluvia, ayudó, y mucho. Porque estar saltando, abrazandose y coreando melodías sin letra, cuando la lluvia ya ha atravesado la dermis, y deberías preocuparte por tu futuro resfriado, no tiene parangón. Es la esencia de Roskilde. La conversión de desconocido a amigo durante fracciones de segundo, la creación de un micro clima (en este caso lluvioso), en el que vivir durante una hora, más emociones que en el resto del año. Hit tras hit para una banda que en directo revienta cualquier concepción que te puedas esperar.

Échale un ojo al primer día, con Rosalía, Cardi B o Bob Dylan. 

Empire of the Sun

Roskilde 2019. Día 2. Lluvia de estrellas, lagrimas, y esguinces
Roskilde 2019. Día 2. Lluvia de estrellas, lagrimas, y esguinces

Venían a presentar el décimo aniversario del Walking on a Dream, y aunque llegué tarde tras el recital de Lemaitre, pude disfrutar de más de la mitad del concierto. Seguía lloviendo, el césped estaba fresco, y el olor a humedad era delicioso. Me iba acercando al Orange Stage -el escenario principal – a medida que unos ruidos industriales y metálicos, -más propios de Eraserhead que de un banda pop- me iban marcando el camino de las estrellas. Y boom, de repente, soltaron el tema.

Este vídeo no hace justicia a lo que se vivía en las primeras filas, pero es lo único que he podido encontrar. El público, envuelto en chubasqueros y condones gigantes, bailaba sobre su propio eje, haciendo imposible no enamorarse de la experiencia que estábamos viviendo, sin importar edad, condición sexual o si llevábamos calcetines a juego. Estábamos en el paraiso Pop de unos androides que habían venido a mostrarnos los avances de su cultura. Recuerdo especialmente a una chica revolcándose en el barro, emulando a esa maravilla llamada Babe, el cerdito valiente. La libertad era su credo, y la falta de prejuicios hacía que cada movimiento fuese aplaudido e imitado. El concierto fue avanzando, y me sorprendió su calidad musical y profundidad en el desarrollo de los temas. Por momentos, parecía estar escuchando una banda de post-rock con armonías pop, algo absolutamente delicioso, y único. El concierto fue concluyendo hasta que soltaron la otra bomba, cuya explosión final, me llevó directamente a la zona de prensa a recargar mi dosis diaria de café, y volver al camping a por otro modelo, porque el mio, estaba mas arrugado que un octogenario.

Denzel Curry

Roskilde 2019. Día 2. Lluvia de estrellas, lagrimas, y esguinces
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No diga Denzel Curry, diga «puta locura en forma de mosh pit gigante». Ya le pude ver en 2017, y eso fue demencial. Creedme, que no exagero. Curry, el rey del Cloud Trap, es posiblemente, el rapero en activo con más talento para desatar la adrenalina de los asistentes a sus conciertos. La lluvia había aminorado, pero intentar avanzar en su concierto tras mi vuelta al camping, fue complicado. El escenario Apollo estaba atestado de gente cuya única función durante esa escasa hora, era saltar, pogear, y bailar si se ponía flamenco. Aunque poco de flamenco, y mucho de tralla en forma de versos asesinos, rimas acojonantes, y drops que reventaban el tímpano con placer, cariño y pasión. Creo que en este concierto he visto el mosh pit más grande de mi vida, y solo por sobrevivir a esto, ha merecido la pena el día. Pero aun quedaba más.

Brockhampton

Roskilde 2019. Día 2. Lluvia de estrellas, lagrimas, y esguinces
Roskilde 2019. Día 2. Lluvia de estrellas, lagrimas, y esguinces

Si visteis la lista de lo más esperado de Roskilde, veríais que Brockhampton eran mi Top 1. Posiblemente sean los artistas que mas he escuchado durante los dos últimos años, y mis niveles de groupie adolescente se dispararon al máximo. Dos horas estuve esperando ante la ligera lluvia, de pie, y rodeado de desconocidos que intentaban animar el cotarro haciendo olas y cantando tímidamente temas como Bleach. Para cuando quedaba media hora de concierto, y abrieron la verja que separaba el foso principal del escenario, la carrera que me pegué fue de atleta jamaicano dopado, pero sí amigos, lo conseguí. Conseguí la tan preciada primera fila.

Y no es que la primera fila sea la panacea. En un concierto de esta índole, te van a caer ostias como panes, empujones, y más de una danesa te iba a disputar la posición sin ningún tipo de miramiento. Pero habíamos llegado hasta aquí, y tocaba disfrutarlo. En las pantallas anunciaban «concierto especial, concierto de alta energía», un aviso que aparecía ante los conciertos en los que se preveía una alta actividad física de sus asistentes por bailes, mosh pits, saltos asincrónicos, y todo tipo de lindezas en función de lo que hayas bebido. El caso es que de repente, se hizo la oscuridad, y Dom saltó al escenario a reventarme el oído con New Orleans. Realmente sonaba apabullante, y a medida que Joba, Bearface, Kevin, Matt y Merlyn iban saliendo, el público se volvía cada vez más y más loco. Todos coreábamos los temas como si fueran himnos, en un setlist que repartió bastante entre la trilogia Saturation 1 (Gold, Star), Saturation 2 (Gummy, Queer, Swamp, Sweet) y 3 (Bleach, Boogie y Zipper) y el Iridiscense, que ocupó la mayoria del setlist. Era una delicia escuchar en directo temas como Honey, District o J’Ouvert, absoluta locura desmedida en la que uno perdía la conciencia de dónde estaba y qué estaba pasando. Me consta que chupé cámara y salí varias veces en las pantallas grandes, supongo que al borde de la lagrima y el orgasmo, pero joder señor, vaya noche. Una noche inolvidable, en un día genial, que lo hizo aun más extraordinario, cuando justo antes de que arrancase Boogie, decidí abandonar la primera fila, y unirme al resto de los feligreses para el pogo más delicioso de mi vida. La mala suerte, hizo que pisase mal, me hiciese un esguince bastante bestia, y estuviese a nada de desmayarme entre la marabunta de gente saltando sin ningún tipo de pudor. Pero creedme, lo que vivimos en el escenario Arena, fue algo absolutamente memorable.

Travis Scott

Roskilde 2019. Día 2. Lluvia de estrellas, lagrimas, y esguinces
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Con medio pie reventado, y en un acto de estupidez y valentía inusitado, decidí irme a bailar con el cabeza de cartel del día. He de decir que mi consciencia me obligo a irme a los 20 minutos en busca de una enfermería para ver la gravedad de mi lesión, pero lo que pude presenciar durante ese tiempo, fue de una locura, potencia visual y sonora, y tralla desmedida, que me estaba encantando. Nos volveremos a ver de nuevo Travis, espero que la siguiente vez, de una sola pieza.

Y para finalizar el día, tenia en la agenda acercarme a la oscura electrónica de Blawan, pero la enfermería estaba primero, y ante la sorpresa de la chica que me atendió de que pudiese caminar, tocó hacer reposo, y volver al camping en modo pata chula, rezando a Kurt Cobain para que al día siguiente, pudiese repetir mi experiencia festivalera.

Roskilde 2019. Día 2. Lluvia de estrellas, lagrimas, y esguinces
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