No, es coña. Roma es una verdadera pasada. No has visto, ni vas a ver, una sola película en todo 2018 mejor que Roma.
La última película de Alfonso Cuarón es especial por muchas razones. Podemos empezar diciendo una obviedad: es un proyecto personal del director. Él la escribe, produce, fotografía y monta. Pero no vayas a pensar que, por intimista, estamos ante una película pequeña o poco ambiciosa. En absoluto. Roma es una producción de altísimo nivel en la que Cuarón no ha escatimado ni un solo céntimo (o un solo peso, en este caso).
En Roma no sobra ni un solo plano. Todas las imágenes que muestra Cuarón nos están contando algo. Y lo hace con una perfección estética y narrativa como pocas veces vamos a ver en pantalla. Cuarón actualiza el neorrealismo y bebe, mucho, de Rossellini pero también de Berlanga, a los que se lleva a su terreno. Que sí, que lo sé, que esta última comparación te ha parecido osada, puesto que no hay nada más diferente que el tono y la intención de Roma y de, por ejemplo, Bienvenido Mr. Marshall. Pero fíjate bien: Los planos secuencia en los que los actores entran y salen de plano hablando al mismo tiempo nos dirigen sin duda al genio español.
Cuarón organiza todos los elementos en la pantalla con una maestría al alcance de muy pocos. Y encima lo hace como la cosa más normal del mundo. Terminas de ver la película pensando que tú mismo con el móvil puedes hacer la misma película (Sí, sí… inténtalo y luego me cuentas….). Toda la puesta en escena está milimetrada al segundo. Qué digo al segundo. A la milésima de segundo. Un plano puede ser estático, durar varios minutos, pero no deja de pasar cosas. Continuamente aumenta la información con infinidad de elementos con un “horror vacui” que nos vuelve a recordar a Berlanga.
El mexicano nos cuenta la historia de Cleo, una asistenta de hogar del México (profundo) a comienzos de los 70. Yo no sé dónde ha encontrado Cuarón a Yalitza Aparicio pero esta mujer es oro puro. Una maestra de escuela que en su primera película desprende una sensibilidad, una ternura, una magia y un dominio absoluto de todos, absolutamente todos los recursos interpretativos como si fuera una Meryl Streep. Si es capaz de hacer eso en su primera película, ¡Qué no hará cuando lleve cuarenta años de carrera! De verdad que los astros se han alineado para que todo, absolutamente todo, encaje a la perfección. Y por astros me refiero al talento y al trabajo duro, claro.
La mayor parte de la película está contada en planos grandes, en los que ocurre infinidad de cosas y la cámara simplemente (“simplemente”) acompaña a Cleo. Con ello, Cuarón consigue dos propósitos: Primero, que la protagonista se vea arrastrada por todo lo que ocurre a su alrededor. Ella es un peón más que anda y avanza en la vida. No tiene capacidad de decidir qué quiere hacer ni tomar las riendas de la acción, sólo tirar hacia adelante. En segundo lugar, Cuarón coloca así al espectador como un personaje más de los acontecimientos. En otras palabras: Cuarón es un fucking genio.
Comencé la crítica indicando que Roma es especial por muchos motivos. La película de Cuarón es mexicana, rodada en español y mixteco. También ha sido distribuida en una plataforma para consumo doméstico. Ganó el León de oro en Venecia, convirtiéndose en la primera película de la historia en ganar un festival de este nivel con una distribución en streaming. Y eso que el festival de Cannes vetó todos los títulos sin recorrido comercial en salas de cine. Veremos a ver qué hacen ahora tras el “cuaronazo”. Roma se ha situado como una de las favoritas de cara a los Oscars. De momento tiene tres nominaciones a los Globos de oro, incluyendo director. De dar el campanazo, sería la primera película en lengua no inglesa en ganar el Oscar a mejor película. Pero como diría el señor Lobo de Pulp Fiction… “Nos nos comamos las pollas tan pronto”, que para eso hay que esperar al 24 de Febrero. Iba a hacer el juego de palabras de que «Todos los caminos conducen al Óscar», pero me he imaginado que media crítica mundial habrá hecho el mismo chascarrillo. También sería la primera película de una plataforma online en hacerse con el premio gordo. Ahora llegan las películas que Scorcesse y los Cohen han rodado para Netflix Eso no significa que algo esté cambiando. Es que ya lo ha hecho.
PD: Y por si fuera poco, Cuarón va y se auto-homenajea con Gravity. Es que hay que ser grande. Esa es la guinda de una película que se acaba de estrenar y ya ha pasado directamente a la Historia del cine.