De todas las lenguas que surgieron del latín en la Edad Media hispana, la única que no sobrevivió fue de Al-Andalus… hasta hoy. La reconstrucción de la lengua se ha ido trabajando en los últimos cinco años, se ha publicado y empieza a moverse.
La lengua andalusí tuvo apenas unos tres siglos de vida, pero en ella se compusieron las primeras poesías en una lengua romance de la historia. Quedó en el olvido hasta que la cineasta, guionista y productora andaluza Pilar Távora ha tomado cartas en el asunto. Muy comprometida políticamente con la cultura andaluza y la herencia andalusí, será la primera artista en volver a trabajar con esta lengua en casi un milenio.
Al-Ándalus y el cine: Retrato de la España andalusí a través de las películas
En una época en la que la democratización de los medios de producción del cine ha hecho aparecer infinidad de producciones audiovisuales al día, la autora andaluza da un paso adelante con algo que nadie ha hecho hasta ahora.
Ha habido otros notables ejemplos de rodajes en lenguas antiguas. Los ejemplos más conocidos son los de Mel Gibson, que rodó en arameo y maya arcaico. Y porque la productora no le dejó, que si de él hubiera dependido, Braveheart se habría convertido en el primer título en ganar el Oscar hablada en una lengua muerta (Gibson la quería rodar en gaélico medieval). Más recientemente Matteo Rovere rodó la historia de Rómulo y Remo en El primer rey íntegramente en proto-itálico (la lengua de la que nació el latín). Felix Randau revivió a la momia de Ötzi y el idioma rético antiguo. A ellos se unirá Távora con la lengua que habló el califa Abderramán III, la poetisa Wallada, el caudillo Almanzor y el filósofo Averroes.
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