Hijos Del Sol es la nueva película del director iraní Majid Majidi, autor de Niños del Paraíso o El Color del Paraíso. Se estrena en cines el próximo 14 de mayo.
El cine social y de autor es algo muy complicado de manejar. No digo que el cine comercial sea fácil, ni mucho menos, más bien todo lo contrario; pero el cine de autor tiene que lidiar con dos arduos hándicaps: denunciar y convencer. Por una parte, denunciar unos hechos dándoles verosimilitud y coherencia; por otra, aportar un punto de vista que convenza al espectador y lo atribuya a algo propio. Por tanto, estamos hablando de que este cine requiere de generar empatía para su disfrute. Y eso no es algo fácil de conseguir. Muchos directores han visto perecer sus carreras por no ser capaz de despertarla, ya que suelen convencer -basta con trazar un buen arco de personaje-, pero si no llegas a esa parte profunda de cada uno, simplemente no terminas de conectar.
¿Por qué cuento esto? Porque Hijos Del Sol sería un buen ejemplo de cine que lo consigue. Por una parte denuncia, convence, también entretiene, y la suma de todo da lugar a esa empatía tan necesaria. Su director, Majid Majidi, es un experto en esto y sus más de 25 años de experiencia lo demuestran. Ahora os lo contamos.
«Hijos del sol es la historia de Ali, un niño de 12 años, y de sus tres amigos. Juntos, trabajan duro para sobrevivir y mantener a sus familias, haciendo pequeños trabajos en un garaje y cometiendo delitos menores para ganar dinero rápidamente. En un giro de los acontecimientos que parece milagroso, encargan a Ali la misión de encontrar un tesoro escondido bajo tierra. Él recluta a su pandilla, pero primero, para conseguir acceder al túnel, los niños deben inscribirse en la Escuela del Sol, una institución benéfica que se dedica a educar a niños de la calle y trabajadores infantiles y que está cerca de donde está el tesoro». (Caramel Films)
La película comienza con Ali y sus amigos cometiendo un delito. En estos primeros compases nos presenta los pilares que darán motor a la trama: el ambiente social, la infancia, el compañerismo y la superación. Hijos del Sol es un filme que nos enseña lo que tienen -tenemos- y lo que podemos hacer para cambiarlo, de los sueños y de la realidad. Busca hacernos soñar atravesando el contexto, entendiendo qué puede ser milagroso para los personajes y mostrando -no cayendo en la crítica directa- las desigualdades de la sociedad iraní. Como he dicho, también resulta una obra entretenida y para ello combina toda esta crítica con una estructura donde hay cabida para el Mcguffin o un esquema más clásico y ligado al puro entretenimiento. Hijos del Sol es un filme que no resulta aburrido, pues sabe bien qué hacer para llevar la trama en bolandas sin perder ni un ápice de crítica. Esto es algo muy complicado de llevar en equilibrio, pues en 99′ la intención puede diluirse y quedar en un pastiche de intenciones, pero no es así; es más, recuerda por proximidad y estilo al cine de Asghar Farhadi, donde también se establecen estos puntos; aunque Majidi es otro maestro y sabe encontrar la identidad por sí mismo.
En cuanto a por cómo está filmada, Hijos del Sol es tradicional por cámara y le da mucho dinamismo por montaje. Se suma a la idea de contar una historia con un ritmo equilibrado mientras se denuncia una realidad, lo que refuerza su intención. Además, las interpretaciones de Ali Nassirian, sus amigos o el subdirector se sienten muy naturales; te crees sus personajes y estableces lazos rápidamente, algo que creo fundamental para el buen fin de esta película.
Como decía al principio, el cine de autor y social tiene que superar dos hándicaps: denunciar y convencer, cosa que Hijos del Sol cumple holgadamente, sumándole un entretenimiento que convierte a esta película en una historia muy amena que combina reflexión, diversión, suspense, descubrimiento y, sobre todo, buen hacer. Majidi sigue demostrando sus buenas dotes tras la cámara.