TÍTULO ORIGINAL: Moon | AÑO: 2009 | DIRECCIÓN: Duncan Jones | PRODUCCIÓN: Sony Pictures. Libery Films UK | GUIÓN: Duncan Jones, Nathan Parker | FOTOGRAFÍA: Gary Shaw | REPARTO: Sam Rockwell, Kaya Scodelario, Matt Berry, Malcolm Stewart, Benedict Wong,Dominique McElligott, Robin Chalk, Kevin Spacey | GÉNERO: Ciencia Ficción. Intriga | DURACIÓN: 97 minutos.
Desde que las Redes Sociales e Internet se hicieron pasto de nuestras vidas y establecieron su modelo de vida, las normas del juego han cambiado; es decir: tenemos capacidad de mirar más allá de donde nos dejan ver, pudiendo juzgar algunas acciones que antes, bien porque no eran tan fácil acceder a la información o bien porque no podíamos, desconocíamos. Y el ser humano se rige por muchas normas, algunas muy claras, que suele seguir de manera ordinaria. Una de ellas es muy simple: lo que no vemos (o sabemos), no existe. Complicaciones las justas. De hecho, tal es el grado de profundidad, que ya algunos literatos, como el aclamado H. P. Lovecraft, plasmaron ese miedo a lo desconocido de muy diversas maneras, lo que subyugó géneros como el Terror Cósmico y demás, que no eran otra cosa sino el ser humano descubriendo lo que no conocía… Y sorprendiéndose de ello. Moon habla de esto y lo envuelve bajo la trama de una Ciencia Ficción distópica que se ve forrada bajo el prisma de una falsa utopía, estableciendo muchos (pero muchos, muchos) paralelismos con el mundo del Siglo XXI y desembocando en algo mucho más grave y aterrador que cualquier miedo desconocido se tercie: la falta de identidad del ser; siendo aquí donde el guion aparca sus innumerables errores y deja su granito de reflexión… tal y como debería hacer una buena Ciencia Ficción.
Pero, antes de nada, ¿de qué va Moon? La película se contextualiza en un futuro no muy lejano, cuando un astronauta (Sam Rockwell) que vive aislado en la Luna -por su trabajo- descubre un terrible secreto que le concierne, justo antes de terminar su contrato de tres años. A partir de aquí, todo no es más que reflexión acerca del ser; envuelta bajo lo comentado.
¿Cuál es el problema? Es decir, ¿por qué Moon plasma un tema brillante y no es brillante? Porque el guion apenas se sostiene. Está lleno de trampas y, además, contiene algunas decisiones que solo están motivadas por su desarrollo en la trama, pero que no atesoran ninguna explicación lógica que las convierta en verosímiles. Hagamos recuento:
- ¿Cómo es posible que el nivel de vigilancia de la base sea tan paupérrimo? Poneos en situación: sois una empresa que suministra el 70% de la energía planetaria y tiene a un solo operario bajo labores de trabajo -que, repito, esconde un terrible secreto-. ¿De verdad, repito, de verdad lo vigilas con un robot ultrainteligente que SIEMPRE va a mirar por él y no por la empresa? La única explicación vendría gracias a las 4 leyes de la robótica de Isaac Asimov -recordad la Ley 0-, pero ni aun así la decisión se sostiene.
- ¿Por qué un solo operario -que, repito, tiene un gran secreto- y no una cuadrilla de varios, que vaya siendo renovada?
- ¿Tan fácil es viajar desde La Luna a La Tierra?
- ¿Por qué nos hacen creer que Gerty es el nuevo Hal 9000 para luego cambiar las tornas con un giro surrealista? No hay ser humano que lo crea.
Y todos estos errores, que además son muchos más, tienen la peculiaridad de que ninguno nos hace apartar la mirada de esa Luna triste y solitaria que se alza ante los personajes de Sam Rockwell, que hace una interpretación extraordinaria; y nos deja un mensaje muy claro, para finalizar: ese triste satélite que da vueltas lo tenemos entre nosotros, en varios países/continentes, basados en cadenas de montajes humanas cuya única finalidad es sobrevivir hasta que llegue su muerte. Y no nos damos cuenta, porque no lo vemos. Y, como no lo vemos, no existe. Recomendable.