AÑO: 2017 | TÍTULO: LA LLAMADA | DIRECCIÓN: JAVIER AMBROSSI, JAVIER CALVO | PRODUCCIÓN: APACHE FILMS, SÁBADO PELÍCULAS, TVE | GUIÓN: JAVIER AMBROSSI, JAVIER CALVO | FOTOGRAFÍA: MIGUEL AMOEDO | MÚSICA: LEIVA | REPARTO: MACARENA GARCÍA, ANNA CASTILLO, BELÉN CUESTA, GRACIA OLAYO, RICHARD COLLINS-MOORE | GÉNERO: COMEDIA, MUSICAL, RELIGIÓN | DURACIÓN: 90 MINUTOS | ESTRENO: 29 DE SEPTIEMBRE
La llamada está llamada (valga la redundancia) a ser una de las películas españolas que se terminen convirtiendo en clásicos populares. Como Airbag, El día de la bestia y Amanece que no es poco. Lo voy anunciando porque lo tiene todo para conseguirlo. También aviso de que es una película musical. Este pequeño «detalle» suelen obviarlo las distribuidoras, pero para eso estamos nosotros. Los trailers españoles de Los miserables de Tom Hooper y La La land eran tan engañosos que los actores no entonaban ni una nota. Y en La la land al fin y al cabo no hay tantas canciones, pero Los miserables es entera cantada. Me quito el sombrero ante el montador que consiguió que no lo pareciera. Pues La llamada es un musical… o no, porque no termina de definirse al respecto. Pasa de musical puro a película con canciones en plan noventoso a nada de musical. Así que, bien mirado, le va a gustar a los amantes del musical, a los amantes de las películas noventosas con canciones y a quienes no les guste ni lo uno ni lo otro. Alterna canciones conocidas con otras de cosecha propia. Y he aquí la pega… vas a salir del cine cantando por Whitney Houston y Presuntos implicados pero sin ser capaz de recordar ni una de las canciones propias de la película. (Y hablando de Whitney… ¿Sólo compraron los derechos de banda sonora del El Guardaespaldas?)
«Lo más llamativo de La llamada, y puede que pase desapercibido, es que es una película religiosa. Tal cual, sin complejos ni tapujos».
Y reivindiquemos que sea un musical y encima español. Somos uno de los pocos países que pueden presumir de haber tenido un cine musical propio ajeno al de Hollywood. Al igual que ocurrió en la India, el musical nació aquí con el propio surgimiento del sonoro. Incluso antes, puesto que hay versiones mudas de zarzuelas como La verbena de la paloma (Por muy incoherente que parezca).
El peligro de todo musical no es tanto que las canciones no funcionen sino que las actuaciones musicales parezcan televisivas. Y cuando digo televisivas no hablo de los numeritos de la gala de los Emmy o de los Oscar. Ojalá. Me refiero a los de las azafatas del «Un dos tres» o de José Luís Moreno en «Murcia, qué hermosa eres». Esa es la asignatura pendiente del cine español actual (Véase 20 centímetros, El otro lado de la cama, Una hora más en Canarias o Los miércoles no existen). La llamada casi, casi lo roza. No hay un momento musical especialmente reseñable. Sus directores podrán decir que esto no era West Side Story, que buscaban a hacer algo más sencillo y/o cotidiano. Sí, pero sigue siendo cine, y si hubieran visto Crazy Ex-Girlfriend sabrían de lo que hablo.
Si el apartado musical no es el punto fuerte de La llamada, ¿Cual es? Su reparto. Y no sólo el elenco protagonista. Hasta la última extra con (o sin) frase, se come la pantalla. Da igual que salga una escena o sólo un plano, cada actriz multiplica el valor de la película. Belén Cuesta consigue algo tan sumamente difícil (y mágico) que es llorar riendo. Tras esa perpetua sonrisa eres capaz de percibir la tristeza y conflicto de su interior. La química que hay entre ellas y la naturalidad que desprenden sus cuatro protagonistas es tal que llegas a pensar que están improvisando los diálogos.
Lo más llamativo de La llamada, y puede que pase desapercibido, es que es una película religiosa. Tal cual, sin complejos ni tapujos. Y cuando digo que es religiosa, no digo en plan La vida de Brian, El nuevo nuevo testamento, Dogma ni nada por el estilo. Me refiero a que juega en la misma liga que El evangelio según San Mateo, Los diez mandamientos y Jesucristo Superstar. Eso sí, La llamada nos da una visión luminosa, tolerante, positiva e inclusiva de la religión. Quizá por eso, sea la película más verdaderamente religiosa que se haya rodado nunca.
Por último. Señores de la Academia del cine español. No sé si me estaréis leyendo todos, pero al menos sí una parte importante de ellos. Sé que todas vuestras miradas van a ir hacia Belén Cuesta, Macarena García y seguro que Anna Castillo. Que sí. Que están todas increíbles, pero desde aquí hacemos campaña por la nominación de Gracia Olayo como mejor actriz de reparto. Lleva la comedia en su ADN y no por nada es una de las fijas de Álex de la Iglesia. Lleva años, décadas, demostrando que es una de las mejores cómicas de nuestro cine y ya es hora de que le devolvamos todo lo que ella ha hecho por nosotros. Un Goya quizá no sea pago suficiente a todas las risas y todos los grandes momentos que Olayo ha dado al cine, pero bueno, es un comienzo.