TÍTULO ORIGINAL: Transformers: The Last Knight | AÑO: 2017 | DIRECCIÓN: Michael Bay | PRODUCCIÓN: Hasbro / Paramount Pictures | GUIÓN: Art Marcum, Matt Holloway, Ken Nolan | MÚSICA: Steve Jablonsky | FOTOGRAFÍA: Jonathan Sela | REPARTO: Mark Wahlberg, Anthony Hopkins, Isabela Moner, Laura Haddock, Stanley Tucci, John Turturro, Josh Duhamel | GÉNERO: Acción. Aventuras. Ciencia ficción| DURACIÓN: 149 MIN
Después de cuatro películas, Michael Bay no se rinde en su empeño de sacar adelante esta improbable saga y lanza una quinta parte de Transformers que se estrena el próximo 4 de agosto.
Con cuatro entregas de Transformers ya a sus espaldas, una franquicia tan poco planificada desde su inicio poco puede mostrarnos que no haya hecho ya. Por tanto en términos argumentales la película no es tal, supongo que intencionadamente. Su interés radica en efectismos digitales que pretenden dejar con la boca abierta a tipos con no más de 30 años y con pocas ganas de una experiencia dramática real, sino contemplar más bien un entretenimiento pasajero mientras ingieren comida basura y pasan la tarde en busca de un estruendo virtual que calme sus ansias no satisfechas.
La película se excusa en la búsqueda de una llave por parte de buenos y malos para sacar a relucir su verdadera vocación palomitera en secuencias de acción. La historia avanza porque sí y las secuencias se suceden sin aparente razón más allá de la comentada. Por tanto, el apego emocional es poco o ninguno en los momentos que se supone me he de sentir implicado; además de esto la carencia de ritmo es alarmante, inexistente la mayoría del tiempo.
Mark Wahlberg protagoniza la historia como Cade Yeager, acompañado de un montón de secundarios cuyos nombres no me interesan en absoluto y de Anthony Hopkins, en un papel irrelevante que canaliza parte de la trama y que se encuentra en la película para justificar un par de giros de guion que nos conducen, de nuevo, a más escenas de acción.
Todo se conVierte en un festival autoconsciente verdaderamente divertido
Tantos fuegos artificiales acaban por cansar; la hipertrofia a la que el señor Bay nos tiene acostumbrados puede funcionar en dosis pequeñas, en alguna set piece. Pero su tendencia a maximizar elementos estúpidos, comentarios machistas y chistes nivel LOGSE, hace que todo se convierta en un festival autoconsciente verdaderamente divertido en ciertos momentos a pesar de la estupidez de la propuesta.
Para concluir, una película que contenta a un público ganado de antemano y que espera justo lo que encuentra; para todos ellos, Transformers: El Último Caballero.