Nueva aproximación de Armando Iannucci, conocido sobre todo por su trabajo televisivo (está detrás de Veep), a la obra de Charles Dickens tras su documental de 2012 con esta La increíble historia de David Copperfield. Siempre es una buena noticia que llegue este tipo de historias. En España estamos tan poco familiarizados con la obra de Dickens como en Reino Unido con la de Galdós o Lorca. Todo lo que sea acercarnos a los grandes de la literatura universal será bien recibido.
¿Está esta película a la altura de otras adaptaciones como la de Cukor de 1935? Bueno… digamos que es diferente. No sé si mejor o peor… pero desde luego que no se te va a parecer en nada. El lenguaje más alocado, unos actores con una actuación más «cartoon». Están todos muy bien (Porque Dev Patel, Tilda Swinton y Hugh Laurie siempre están muy bien) y es refrescante verlos en ese registro. La fotografía funciona, el diseño de vestuario también y el de arte… bueno… al que ha hecho los fondos a ordenador habría que tirarle de la oreja porque cantan más que el orfeón donostiarra.
Pero bueno, vamos al lío porque me parece que de todo de lo que se puede hablar de esta propuesta de Iannucci, hay una que va a monopolizar el discurso: La multi-etnicidad de su reparto. Curiosamente, sólo un día antes acababa de ver Lion y estuve hablando conmigo mismo sobre el extraño sino de Dev Patel. Es un actor sobradamente eficaz que posee una cualidad que no todos los intérpretes tienen, la de llenar el plano. Cuando Patel está en escena, no necesita decir una palabra o hacer un gesto. Comunica solo con su presencia. Esto no se enseña en las escuelas de interpretación. Se tiene o no se tiene, y vaya si él lo tiene. Además, es bastante atractivo, o al menos a nivel cinematográfico. No sé si en persona llamaría la atención o directamente será feo, pero en pantalla es atractivo.
Si embargo, ni hace ni hará otro papel que no sea el de un indio o descendiente de ídem. Lo cual tiene su contrapartida: Acapara todos esos papeles y no deja que otro actor de físico similar tenga un mísero protagonista. Pues justo al día siguiente me lo encuentro haciendo de british de pura cepa y creo que es el momento de abrir el melón. Por supuesto que Dev Patel puede hacer el papel de cualquier treintañero cuyo director vea adecuado en el papel, faltaría más, lo que pasa es que aquí no sabes si estás viendo una película de la Londres del XIX o una reunión familiar en casa de los Pitt-Jolie.
He escuchado alguna vez que cualquier actor puede interpretar a cualquier personaje, sea éste de la raza que sea. Lo que importa es la actuación y eso está por encima de cualquier consideración étnica. Muy bien, pero de lo que no está por encima es de la suspensión de credulidad. Además, entiendo que que quien dice que cualquier actor puede hacer cualquier personaje no lo dice en valores absolutos. Se refiere siempre y exclusivamente a un actor racializado, negro más específicamente. Si es un actor blanco quien hace de Nelson Mandela la hemos liado, pero no solo eso. Si es otro actor racializado, como un oriental o un latino haciendo de un personaje históricamente negro me pregunto si le parecerá igual de chachi piruli.
Por supuesto que un director puede elegir a quien le de la mismísima gana para el papel que quiera y que incluso una «trasgresión» puede tener un valor narrativo muy potente. Pienso en Kate Blanchet cuando interpretó a Bob Dylan y lo genial que hubiera estado Cher de hacerse con el papel de Lestat en Entrevista con el Vampiro. Pero también tiene que saber que algo así te saca por completo de la película. ¿Es lo que busca? Pues perfecto, pero es imposible meterte el Julio Cesar de Shakespeare si es Eddie George quien hace del dictador romano.
Hay personajes cuyas características físicas son las que definen precisamente al personaje. Ni Zhang Ziyi podía interpretar Una rubia muy legal ni Madonna Memorias de una geisha (la primera es un ejemplo, pero la segunda movió cielo y tierra para hacerse con el papel). Los dioses del Valhala pertenecen a una cultura muy determinada y no tienen sentido si la desligamos de su razón de ser nórdica. Adoro a Idris Elba, pero es ridículo que interprete al dios Heimdall en Thor.
Lo peor de todo no es que la credibilidad de la película se resienta. Eso al fin y al cabo es lo de menos. El problema es que lo que pierde credibilidad es el movimiento de emancipación de los actores racializados. Denzel Washington podría haber sido perfectamente el galán de Julia Roberts en Pretty Woman. Halle Berry hubiera sido una coprotagonista perfecta para Richard Gere. En eso consiste la igualdad de oportunidades, que un actor negro no tenga que ceñirse a «papeles de negro» (y eso que Washington y Berry son de los pocos que han superado esa barrera).
Podemos poner a un actor negro haciendo de, qué te digo yo, Fernando I de Aragón. Y no tiene por qué hacerlo peor que Rodolfo Sancho. El caso es que estamos haciendo algo en el mejor de los casos, hilarante. En el peor, ridículo. Y todo con la mejor de las intenciones. Y al final estamos justificando que se ciñan a sus papeles de siempre porque claro… hemos demostrado que no sirven para cualquier papel. Ese no es el camino. El movimiento Black Lives Matter es demasiado importante para hacerlo algo folklórico de esta manera. Y, vuelvo a repetirlo, no niego de las buenas intenciones del director.
Y tú me dirás (porque sé que me lo vas a decir): ¿Y cuando Russell Crowe hizo de Noé o Christian Bale de Moisés? Perfecto, ninguno de ellos es semita… pero es que nadie en todo el reparto lo era. Si todo el reparto hubiera sido negro u oriental no te habría sacado de la película porque asumes que ese es el discurso narrativo. Hay coherencia. Pero si un padre oriental tiene una hija subsahariana o ver a una aristócrata victoriana negra con un hijo blanco… te saca de la película. La propia madre de Dev Patel es más blanca que la leche. A ver, no es genéticamente imposible… pero está cargándose continuamente la suspensión de credulidad.
¿Pero al final que se ha conseguido? Que de lo único que hablemos de su película es de la raza de sus actores. Quizá era lo que buscaba, colocar el debate en boca de todos. Puede que Iannucci sea bastante más inteligente que yo y que hablemos todos del tema es una manera de ayudar a la causa donde yo solo veo torpeza narrativa y proyectar una visión presentista en una obra del pasado.
Entonces a mi ni caso. Mejor ve la película y juzga por ti mismo.