Crítica de A Ghost Story (2017): Existencialismo post mortem

A Ghost Story

Año: 2017 | Título original: A Ghost Story | Dirección: David Lowery | Producción: Ideaman Studios / Sailor Bear / Zero Trans Fat Productions | Guión: David Lowery | Fotografía: Andrew Droz Palermo | Música: Daniel Hart | Reparto: Rooney Mara, Casey Affleck, Rob Zabrecky, Will Oldham, Liz Franke, Sonia Acevedo | Género: Drama, Fantasía, Romance | Duración: 92 minutos

No, esto no es una película de terror como pudiera dar a entender un título tan explícito como es A Ghost Story, traducido literalmente como una historia de fantasmas. Sino que estamos ante un ingenioso drama, cuyo eje principal funciona como el elemento fantástico que da pie a la historia y a su trasfondo. Así es como David Lowery el director de Peter y el dragón, En un lugar sin ley y de esta cinta, expresa algo más que una historia, algo que trascienda en el espectador más allá del mero entretenimiento, algo semejante a Terrence Malick.

Rodada en formato 4:3 alejándose de la habitual panorámica, y con unos bordes redondeados al más estilo vintage, A Ghost Story opta por mostrarnos la vida bajo la perspectiva de un fantasma varado en nuestra realidad, cuyo instinto le hace retornar a su antiguo hogar donde ha dejado asuntos sin terminar. Protagonizada por Rooney Mara y el oscarizado Casey Affleck, nos encontramos frente a cine de bajo presupuesto y ante puro cine de autor donde la historia y las sensaciones son lo que importan.

 

David Lowery manifiesta a través del romance una relación que se propaga a través del espacio-tiempo, una de las ideas mejor exploradas en el filme, que junto a otros temas que implican el paso del tiempo, como es la perduración en la memoria de los demás para evitar caer en el olvido y convertirse en nada, o el cumplimiento de un objetivo a lo largo de la vida y después de ella, formarán el verdadero cuerpo de A Ghost Story, un film puramente existencialista. Todos estos temas, y más, convergen en esta historia de fantasmas poco usual, que requiere de la atención del espectador si este no quiere caer en la indiferencia.

Sin embargo, está película no es apta para impacientes dado el carácter contemplativo expresado en largos planos en los que el transcurso del tiempo y los hechos parecen inexistente. Pero donde algunos ven carencias otros pueden ver abundancia, y es en estos planos fijos donde David Lowery muestra otra vez la fuerza del tiempo, otro tipo de percepción a la mostrada por el fantasma, consiguiendo una mejor empatización con la película. A esto se le suma una fotografía estilizada con un encaje perfecto a la tonalidad vintage, mencionada anteriormente, así como también encaja con este estilo el conjunto de temas que conforman una banda sonora de las que perduran en la memoria, con el tema principal de Dark Rooms «I Get Overwhelmed«.

 

En definitiva, si lo que buscas es algo que te lleve más allá del entretenimiento, que ofrezca un ejercicio mental y que ponga en funcionamiento la maquinaría cognitiva inherente al ser humano, —no a gran escala porque no estamos ante Malick ni su trato del tiempo como en El árbol de la vida—, A Ghost Story puede suplir esta búsqueda, y quedar grabada en la retina del espectador por un tiempo y si estás preguntándote si te será fácil seguir la rueda, la respuesta es sí, y sino ya se encargará Will Oldham de explicarlo en su momento cumbre en el film. Si no te echa para atrás cualquier cosa mencionada anteriormente, es el momento de echarle un ojo a la película de David Lowery, Casey Affleck y Rooney Mara.