Cosmética del Enemigo es la nueva película de Kike Maíllo, un thriller inteligente y sofisticado que transcurre mayoritariamente en la terminal de un aeropuerto y que nos presenta dos personajes muy diferentes entre si y la relación que surge entre ellos.
Cosmética del Enemigo es una adaptación de la novela homónima de la escritora belga Amélie Nothomb. La obra original es una novela corta que vendió la friolera de 150 mil ejemplares en la primera semana, agotando su primera edición. Así que podemos asumir que la base para esta película es, cuanto menos, interesante.
Otro dato curioso de este lanzamiento es que se trata tan solo del tercer largometraje de Kike Maíllo como director. Desde que en 2011 lanzara Eva, que le valió el Goya a mejor director novel, solo había editado Toro. Entre tanto, su carrera se ha dedicado al corto y mediometraje y la publicidad, y a su productora Sábado Películas, que nos ha dejado cosas tan interesantes como el díptico Barcelona, Noche de Verano y Barcelona, Noche de Invierno o La Llamada, que fue la comedia española de 2017 para el público general y que tanto trabajo y éxito posterior ha traído a sus directores Javier Calvo y Javier Ambrossi.
Así pues, Cosmética del Enemigo es el tercer largometraje de Kike Maíllo en una década, algo poco habitual en un director que comenzó su andanza como uno de los realizadores más prometedores de su generación. Centrándonos en la película, nos encontramos rápidamente sumergidos en un thriller sutil y sofisticado, que juega de forma muy inteligente con el espectador. Lejos de las obviedades, los grandes golpes de efecto o los misterios resueltos a base de deus ex machina disfrazados de flashbacks, la coherencia y respeto a la inteligencia del espectador que presenta esta película es algo muy de agradecer.
Hay dos aspectos de esta producción que resultan verdaderamente llamativos y muy importantes en que el resultado sea tan satisfactorio: en primer lugar, la fotografía de Rita Noriega, que consigue que un escenario tan frío como una terminal de aeropuerto cobre una entidad orgánica crucial para el desarrollo de la historia, siendo un agente más en varios momentos del desarrollo. En segundo lugar, el ritmo que Kike Maíllo ha conseguido imprimirle a la narración. Con solo 88 minutos de metraje, Cosmética del Enemigo te atrapa rápidamente pero sin brusquedad, juega contigo como un niño con un juguete nuevo y se resuelve de forma sorprendente y efectiva mucho antes de que tengas tiempo de cansarte.
Y es que este ritmo es al mismo tiempo consecuencia y apoyo de la propia estructura del film, que se basa en el duelo dialéctico entre los dos personajes principales: Jeremiasz Angust y Texel Textor. Si miramos Cosmética del Enemigo con la óptica de la experiencia como espectador crítico, no tardaremos en encontrarle similitudes, e incluso paralelismos con títulos tan emblemáticos como La Huella, de Mankiewicz, El Silencio de los Corderos de Jonathan Demme o El Club de la Lucha, de David Fincher. Esto no quiere decir que estos títulos se parezcan, sino que la forma en la que encaran su estructura y desarrollo, construido sobre la relación y el duelo dialéctico entre dos personajes antagónicos, se aborda de forma similar en el film de Kike Maíllo.
No quisiera hablar más de la cuenta y estropearos la sorpresa. El film se estrena el próximo viernes día 29 en Filmin, después de haber debutado en el último Festival de Sitges, y como conclusión solo quiero emplazaros a que lo veáis: os aseguro que valdrá la pena.