AÑO: 2017 | TÍTULO ORIGINAL: COCO | DIRECCIÓN: LEE UNKRICH | PRODUCCIÓN: DARLA K. ANDERSON | GUIÓN: ADRIÁN MOLINA, MATTHEW ALDRICH | FOTOGRAFÍA: MATT ASPBURY, DANIELLE FEINBERG | REPARTO: ANTHONY DE LA CRUZ, BENJAMIN BRATT, GAEL GARCÍA BERNAL, RENEE VICTOR, OFELIA MEDINA | GÉNERO: ANIMACIÓN, COMÉDIA, FANTASÍA, AVENTURA | DURACIÓN: 1H 49MIN.
A estas alturas todos sois conocedores de la gran aportación de Pixar al mundo de la animación, por ende no merece la pena que os esté hablando del estudio o de datos de producción y demás como siempre suelo hacer, también porque ya dimos todo eso en el Podcast de cinefilosfrustados, el cual os invito a escuchar. Hoy quiero ir directo al grano y hablaros de la película solamente, la maravilla visual y emocional que es Coco.
Recuerdo cuando era un querubín aún, que un profesor nos hizo una pregunta a cada alumno, «¿Que tipo de música os gusta?» y, sorprendentemente, uno de mis compañeros respondió «No me gusta la música», y yo me pregunté «¿Puede alguien no amar la música?», pues parece ser que alguien, por alguna circunstancia, así lo crea y en Coco nos muestran un ejemplo.
En el prólogo vemos como una familia mexicana de tres integrantes, el padre, la madre y su hija de pocos años de vida, llamada Coco. Viven felizmente hasta que una decisión del padre cambia el rumbo de sus vidas. La gran pasión que procesa por la música le hará alejarse de la familia para nunca más volver, hecho que su mujer nunca podrá perdonarle y que provocará un odio hacía ese gran arte que pasará de generación en generación en la familia de los Rivera.
«La música es uno de los pilares del film, más en forma discursiva que en grandes muestras».
La trama nos lleva tiempo después al pequeño pueblo de Santa Cecilia, donde Coco ya es una anciana en sus últimos momentos vitales y como su biznieto Miguel pasa grandes ratos a su lado. El niño tiene una gran pasión, llegar a ser músico, pero tanto la hija de Coco (su abuela) como la madre de este se oponen totalmente. Miguelito no cesará en su empeño y aunque sea a escondidas tocará la guitarra y verá las grandes películas de Ernesto de la Cruz, el mejor cantante de la historia mexicana. Sin saber lo que se le viene encima, el pequeño intentará robar una guitarra en un mausoleo del cementerio justo en la festividad del día de los muertos para participar en un concurso en la plaza del pueblo, allí dará comienzo a su aventura.
Ya es una constante en el género de la animación encontrarnos un nivel excepcional en la calidad del texturizado y renderizado, como también de la animación de personajes por parte de Pixar, solo productos de Disney (A la cual también pertenece Pixar) o Dreamworks están a la altura, y con Coco nos encontramos que ni mucho menos tienen la intención de estancarse, al contrario, lo mejoran. La amalgama de colores es un torrente de sensaciones visuales apabullante, la recreación de la mitología del mundo de los muertos es una autentica obra de arte, mires a donde mires en cada escena tiene una riqueza visual tan grandilocuente que hará dilatar tus pupilas. Las bestias coloridas de la cultura mexicana (Los alebrijes o guías espirituales) son mostrados en todo su esplendor, aportando más impacto en la retina si cabe, porque Coco es luz y una luz muy brillante.
Pero la película no solo es grande en su apartado visual, la música es uno de los pilares del film, más de forma discursiva que en grandes muestras, pero en el fondo disfrutando de los acordes de las guitarras españolas y esas canciones populares del país de los mariachis. Michael Giaccino nos vuelve a deleitar con una banda sonora deliciosa, que en algunos momentos (salvando las distancias) gracias al parecido de las escenas, nos recuerda a ese clásico como fue Cinema Paraíso.
El tercer pilar lo encontrariamos en como nos cuenta que nunca debes dejar de luchar por tus sueños, un alegato a todos esos niños que tienen una ilusión y una pasión, nunca dejeis de creer. También servirá para concienciar a esos padres que se oponen a que sus hijos tomen un camino que quizá no sea del gusto de los progenitores pero que hace feliz a los menudos.
Así ha evolucionado el cine de Pixar
Y si de los pilares os hablaba, no puedo dejarme el más importante, el discurso que hace la cinta sobre el olvido de nuestros seres queridos ya fallecidos. La cultura mexicana tiene muy arraigado el mostrar su respeto hacia los muertos, por ello tienen una mitología y creencia hacia un mundo mas allá de la muerte donde persisten y el cual una vez al año abre sus puertas para que vuelvan los difuntos a ver a sus familiares, el día de muertos. Llama la atención la estética de ese mundo y Pixar ha tirado de imaginario mostrando una vez más que la originalidad y la belleza es uno de sus puntos fuertes, lo vimos en Del revés mostrando de forma totalmente imaginativa nuestro cerebro, y lo volvemos a ver en Coco.
Prosigamos con la historia y desgranemos si dentro de esta experiencia sensorial podemos encontrar puntos flojos, que muy a mi pesar los tiene. La forma en que discurre la historia es por momentos una genialidad, pero empieza bien y a mitad baja el ritmo ostensiblemente presentando secundarios que poco aportan al transcurso de la historia, son alivios cómicos ínfimamente trabajados, aún así remonta el vuelo para darnos un espectáculo de fuegos artificiales final. Son muchas las argucias que los guionistas de Coco maquinan para llegarnos al corazón y así darnos la estocada emocional que nos haga saltar las lágrimas, pero sintiéndolo mucho, el giro final lo ves con mucha antelación, dejando la experiencia en algo notable cuando podía haber sido sobresaliente, dando a entrever la simpleza de la trama y quiero pensar que se ha considerado este hecho por el público más infantil. Como último punto negativo aunque mucho menos significativo es la gran retahíla de tópicos usados, ya que los que llevamos unos cuantos años a nuestras espaldas viendo cine, demandamos más originalidad, pero es comprensible que sea lo más complicado de conseguir en una película de aventuras.
En definitiva y como punto y final, decir que Coco es fascinante, divertida y asombrosa, llegará al corazón de niños y mayores, aborda la cultura mexicana como nunca habíamos visto (si, quiero obviar El libro de la vida, lo siento), manipula tus emociones sutil pero ferozmente por momentos y es un espectáculo visual sin parangón.
Gracias Pixar, lo has vuelto a conseguir.