Año: 2010 | Dirección: Darren Aronofsky | Producción: Scott Franklin, Mike Medavoy, Arnold Messer, Brian Oliver | Guión: Mark Heyman, Andres Heinz, John J. McLaughlin | Música: Clint Mansell | Fotografía: Matthew Libatique| Montaje: Andrew Weisblum | Reparto: Natalie Portman, Mila Kunis, Vincent Cassel, Barbara Hershey, Winona Ryder | Género: Suspense psicológico, Drama | Duración: 108 min.
Cualquier artista, en cualquier ámbito, posee un objetivo que le ronda en la cabeza: convencer al público de lo que expresa, proponiéndose incluso llegar a la perfección. Y en el baile no iba a ser menos, sobre todo en el ballet, tal y como nos muestra nuestra protagonista de Cisne Negro, Nina.
Nina Sayers, bailarina profesional de ballet, decide que quiere conseguir el papel principal en el Lago de los Cisnes, interpretando a la vez dos papeles: el Cisne Blanco y el Cisne Negro. Por su fragilidad y delicadeza le es fácil interpretar al primero. El reto consistirá en transformarse en su rival. Para ello se propondrá desafíos y obstáculos a sí misma, con ayuda de la presión de su madre y su jefe, el señor Leroy, además de intentar llegar a ser tan suelta y llamativa como su nueva compañera Lily.
Con Cisne Negro podemos observar que Darren Aronofsky mantiene un gran suspense psicológico a su más puro estilo; sobre todo, su método de reflejar las obsesiones de los protagonistas exaltando el sonido de los elementos que emplean (en este caso, hacer crujir partes del cuerpo para calentar, por ejemplo). Es algo que me fascinó desde el primer momento que lo contemplé.
Como curiosidad, este proyecto fue debatido con la propia actriz principal, Natalie Portman, muchos años atrás para su realización. En principio, Cisne Negro sería una secuela de otra obra del propio director, El Luchador, pero decidió finalmente que fueran proyectos distintos a pesar de sus similitudes.
Ahora toca hablar de mi parte favorita en Cisne Negro: sobre los actores. Hay que destacar por fuerza mayor la gran actuación que realizó Natalie Portman en el proyecto, ganando así el Oscar a mejor actriz, entre otros galardones. Y no es de extrañar, ya que obtuvo clases de ballet y entrenó meses antes para tener el cuerpo apropiado y aprender los pasos a la perfección, al igual que su compañera de reparto Mila Kunis. Pero la transformación del personaje de Portman a lo largo de la película es tan espectacular que incluso asusta. Con ello ganó mi admiración y el no cansarme de ver esta obra de arte una y otra vez.
Otra actuación que me sorprendió fue la de Winona Ryder, haciendo de bailarina acabada y que no tiene nada que perder, sin dejar de ser ella misma en ningún momento. Esto refleja la obsesión de Nina de no querer acabar así nunca, siendo un referente el papel de Ryder a Portman.
«Natalie portman obtuvo clases de ballet y entrenó meses para tener el cuerpo apropiado y aprender los pasos a la perfección».
Normalmente no suelo hablar mucho sobre la banda sonora de las películas, ya que es mejor escucharla y juzgarlas uno mismo. Pero en Cisne Negro, el empleo de la música original del Lago de los Cisnes mezclado a veces con música electrónica (rasgo característico de Aronofsky) o las composiciones de Clint Mansell acorde a la película, hace que te metas más en ella y sientas la angustia de la protagonista.
Lo mejor de la película:
- Actuaciones que no dejarán indiferente a nadie.
- Banda Sonora deslumbrante.
- Ambientación actual concorde a un tema que puede afectar a cualquier persona (aunque se refiera en este caso al ballet).
Lo peor de la película:
- Corta duración.
- Por consecuencia de lo anterior, rápida transición de la transformación del papel de Natalie Portman.
En conclusión, Cisne Negro puede servir como ejemplo para aquellos artistas, incluso personas que no lo sean, que quieran conseguir sus metas. Eso sí, nunca lleguéis al extremo de la locura como nuestra protagonista.