Explorar a los villanos se ha vuelto un placer para la industria cinematográfica. Le ha tocado el turno a Cruella de Vil. ¿El live-action profundiza la mente del villano o disuelve la villanía del personaje en Cruella 2021?
Esta nueva película dirigida por el director australiano Craig Billespie, marca un nuevo hito en la carrera de Emma Stone. El director de Yo, Tonya logró subir el nivel de los live-action que estaba produciendo Disney. No solo fascinó al público, sino que también obtuvo grandes reseñas de parte de la crítica. Esta película se enmarca dentro de otros intentos por llevar a la vida real producciones animadas: Dumbo, La bella y la Bestia, Aladdin, etc. Sin embargo, ninguna cosechó tan buena recepción como lo hizo Cruella (2021). Estamos hablando de un 7.4 en IMDB y un 6.5 en Filmaffinity (a día de hoy). Rotten Tomatoes le da la aprobación con un 72% de puntuación, esto es 97% de críticas positivas.
Una dirección de arte sobresaliente en detalles
Sin lugar a dudas, merece una mención especial la dirección de Jenny Beavan en diseño de vestuario. La vestuarista, que ya había sido galardonada por la indumentaria usada en Mad Max: Fury Road; utilizó más de 277 vestidos para la película. “Más de los que hice en toda mi vida” confesó la diseñadora. Este aspecto de Cruella es uno de los puntos más altos, llegando a ser la indumentaria un elemento transversal a lo largo de la película. Por supuesto, tiene sentido. El personaje creado en 1956 por la novelista Dodie Smith basa su leitmotiv en la moda y el life-style del universo fashion.
Para aquellos quienes no diferenciamos dos tipos de pantalón, ni aun siendo de color diferente, la película es una magnífica ventana a despliegues hipertrofiados de lo mejor que ese universo puede ofrecer. Algo así como sucede con Rocky, que ve condensada toda la emoción del boxeo en una película de hora y media. Jenny Beavan resalta, en cada entrevista donde tiene oportunidad, lo difícil que fue el vestido hecho íntegramente de flores.
En la década de los ’70 donde se ambienta la película, entre vestidos y escaparates, galerías, pasarella y vidrieras, destaca especialmente el aire transgresor de la generación setentosa. No es casualidad que el otro aspecto a resaltar de la película sea su banda sonora. ¿De qué mejor manera podrían ilustrarse los ’70 que con los siguientes grupos de rock: Supertramp, The Doors, The Clash, Queen, BeeGees, Black Sabbath? La película transpira ritmo y sustancia.
Cruella actúa de Cruella
Sobre la configuración del personaje, solo merece destacarse un detalle: la vocación posmoderna de matizar los extremos disolviendo el maniqueísmo. No es algo inventado por esta película. Hace poco lo vimos con el legendario villano de Batman, donde no se exponen los argumentos que podría tener un agente del mal, sino que se erradica su maldad. Es muy diferente a lo que estamos acostumbrados. En Avengers, Thanos, el villano, expone sus argumentos sin dejar de ser el villano. En contraste, en Cruella, como en el Joker de Joaquín Phoenix, se disuelve un poco la maldad cuando se la justifica con los altercados sucedidos en sus desafortunadas vidas (después de todo, es difícil culpar a un delirante de un acto criminal)
Se humaniza a los villanos, lo cual parece ser necesario para evitar la cancelación, pero el costo es el sacrificio de algunos rasgos.
Parece ser incompatible con la Cruella 2021 la idea de matar animales para hacer abrigos. Vale preguntarse si es la misma Cruella de Vil que conocemos o en la reversión del personaje pusieron a uno nuevo, más desinfectado, más matizado, más disuelta su maldad. Quizás, como pasó con Paul McCartney, estemos frente a un doble. En todas las películas (desde la de Glenn Close hasta en la animada del ’61) a Cruella la seguía un vaho opaco de tabaco, sin embargo, en la nueva Cruella no aparece ni un cigarrillo.
Quizá desapareciendo el cigarrillo Cruella haya dejado de fumar. Quizá, desapareciendo la maldad del cine ya no haya vicios en el mundo…
No hay dudas de que la actuación de Emma Stone es sobresaliente. La película en sí, logra entretener y conmover. Estamos frente a una buena producción, con grandes detalles y una excelente dirección artística. Si Disney quiere revitalizar los personajes icónicos y las películas emblema del pasado, que lo haga con la dedicación y con el profesionalismo con el que hicieron Cruella 2021.