La última película de Iñárritu tiene una virtud que pocas cintas logran: polariza al espectador. Esta cinta no te gusta. La adoras. Por el contrario, no te disgusta, la detestas a muerte. Mi compañero Ferrán es de los primeros. Yo de los segundos, así que esta es la contracrítrica hater de El Renacido. Cinco años después la sigo odiando. Es que hasta para eso es grande la película.
Crítica de El Renacido (2015): La Sombra del Éxtasis
El Renacido fue una película «más» de la temporada, cuyo principal aval era el Oscar casi seguro para su protagonista. De repente, e inesperadamente, ganó el Globo de Oro al mejor drama y se convirtió en la favorita del año para llevarse la estatuilla a casa. Cuando, vuelvo a repetir, venía de no hacer demasiado ruido.
¿Qué fue lo que ocurrió? Yo, que tengo teorías para todo, no se me iba a escapar esta. Justo el año anterior había ganado el globo de oro Boyhood superando a Birdman. ¿Qué pasó? Que fue ganar y desinflarse. A partir de ese momento, todos los premios los comenzó a ganar la película de Iñárritu hasta que se coronó con el Oscar. Pues bien, la asociación de la prensa extranjera se dijo a sí misma: No nos vuelve a pasar. Así que al año siguiente le dieron el premio al mexicano «por si acaso» y para resarcirse de haberse «equivocado» el año anterior. Fue toda una sorpresa, ya que ni por asomo era la favorita (desde el comienzo se llevaba hablando de Spotlight).
¿Qué pasó? Que entonces todas las asociaciones de críticos empezaron a preguntarse ¿El Renacido? ¿Eso cómo va a ser? ¿Se nos habrá escapado algo que no hemos visto? Así que empezaron a premiarla para no quedar mal y fue subiendo como la espuma. No ganó el Oscar, pero Iñárritu hizo historia convirtiéndose en el tercer director que gana la estatuilla dos años consecutivos y a Trump se le atragantó la cena, que nunca está de más. ¿Entonces cómo puede no gustarme esta película?
Pues porque no es una película, es un cortometraje. Como corto funcionaría, como largo… es que no es un largo. La historia en si comienza y a los quince minutos se detiene. A partir de ese momento, la narración vuela por los aires para dar paso al videobook de Emannuel Lubetzki -director de fotografía. Una hora y media después termina su documental publicitario para demostrar lo bueno que es y que lo sigan contratando y vuelve el cortometraje. Un cortometraje de 156 minutos: Eso es El Renacido.
Esta película no tiene ni coherencia narrativa ni suspensión de incredulidad. No hay quien se crea que a una persona le ataque un oso, le disparen, se caiga por un barranco, lo arrastre un río helado y sobreviva. Que no, Iñárritu. Que la determinación por conseguir tu objetivo no puede más que las leyes de la naturaleza. Si al menos el tono hubiera sido más irreal, perfecto, pero es que para colmo El Renacido pretende ser ultra-mega-super-realista. Busca la veracidad absoluta en cada detalle excepto en la esperanza de vida de un ser humano. Va a ser que no.
Eso en lo que respecta a la credibilidad. A nivel de coherencia narrativa está montada al azar. No hay relación causa efecto entre una escena y la siguiente. Todas sus penurias las podrían haber contado en el orden que quisieran que habría dado lo mismo. Da igual que se hubiera caído al agua antes o después de cargarse del caballo (no me acuerdo si se cae de un caballo. Me imagino que sí porque le pasa de todo. Seguro que hasta le cayó un meteorito en la cabeza y, por supuesto, siguió sobreviviendo). De hecho podrían haber eliminado la mitad de sus penurias y la película se hubiera contado igual. Si puedes eliminar cualquiera de esas escenas es porque narrativamente no están aportando nada. Ah, se había olvidado… que da igual que no haya una línea narrativa porque esa parte era el videobook del director de fotografía.
Es verdad, es verdad. Me podrás decir que una narrativa no tiene que ser lineal. Que da igual que lo ataque el oso antes o después de torcerse el tobillo, que eso no es importante. No era lineal ni la Ilíada lo va a tener que ser El Renacido. Vale, hasta ahí los dos de acuerdo. Pero es que digo lo mismo que sobre la suspensión de incredulidad: esta película va de ese palo, entonces no funciona porque me estás diciendo una cosa, pero mostrando otra.
Que sí, que ya sé que para un director de fotografía, el material audiovisual que monta para mostrar su trabajo no se llama videobook. Eso es para los actores. En los técnicos se llama videoreel, pero no me quería poner técnico porque el lector no tiene por qué saber el vocabulario específico del gremio.
Resumiendo en cuatro palabras: No soporto El Renacido. Y, aún así, estoy hablando de ella cinco años después. Si es que es fuckingmente grande la condenada.