American Gods 1×01 ‘El Huerto de los Huesos’: La gran batalla ha comenzado

American Gods

American Gods, la serie basada en la novela de Neil Gaiman, ha llegado al canal Starz y Amazon Prime Video con un compendio de violencia, mitología y todo lo necesario para elevar nuestro hype a cotas inalcanzables.

En un 2017 repleto de estrenos seriéfilos como Por 13 Razones, Las Chicas del Cable, Twin Peaks Temporada 3, Taboo, Big Little Lies Feud, destacar entre la multitud se antojaba un plato demasiado difícil de combatir ante la gran carta existente. Sin embargo, desde su primer tráiler allá por julio de 2016, la arriesgada estética del conjunto y su tono superheroico -acercado al de otra gran adaptación como fue Watchmen– calaron profundo en el colectivo fan, que ha esperado a esta fecha como agua de mayo. Y qué paradoja, mayo ya está aquí y American Gods también. ¡Dios mio, qué estreno!

Los primeros compases del Episodio Piloto, titulado El Huerto de los Huesos, nos adentran en el seno de un relato nórdico-vikingo repleto de violencia y venerados dioses de la guerra. ¿Quién dijo que la divinidad fuese luminosa? American Gods se aleja de cualquier retrato bello visto atrás y nos presenta una historia cruda y/o mordaz, centrándonos en el ex-presidiario Shadow Moon (Sombra) tras salir de prisión y conocer la repentina muerte de su esposa en un accidente automovilístico. En el viaje de regreso, tras un amalgama de secuencias preciosistas -repletas de claroscuros, planos desenfocados y conjunto de escenas unidas mediante hilos musicales-, conocemos al Señor Miércoles, un hombre -o Dios, Ente, Ser…como quiera llamarse- que despierta las mismas sensaciones como la trama en sí: misterioso, fantástico, irracional, provocativo; y que se presentará de una forma tan atractiva como artística. Porque este primer episodio de American Gods es pura plasticidad, un despliegue artístico y talentoso sin parangón.

Realmente no conoceremos a una gran parte de los dioses, e incluso hasta bien adentrado el capítulo no sabremos muy bien por dónde pretende dirigirse la narración, pero el aire de majestuoso inconmensurable que envuelve a esta pieza de una hora nos embauca en un viaje mitológico donde sentirse atrapado es condición necesaria para maravillarse con cada secuencia, detalle o pieza en cámara lenta –de una violencia soez pero innegable belleza– que nos presenta.

Ricky Whittle realiza una acertada interpretación de Shadow Moon, mostrándonos a ese héroe por descubrir al salir de la prisión que lo encarcelaba y que está igual de perplejo como el espectador ante la gran batalla en ciernes. Por su parte, Ian McShane despierta el misticismo y grandeza que requiere su personaje, junto con la divinidad y omnipresencia que lo envuelve y que tan atónitos nos dejará con la escena final del episodio; bañada en un mar de música que finiquitará una vez aparezcan los títulos de créditos, y es que las piezas musicales no se desprenderán de nuestros tímpanos en ni un solo minuto de los 60 que componen esta presunta batalla legendaria. David Lynch estaría orgulloso de vosotros.

Acompáñanos en esta guerra llena de dioses mitológicos y deja que los efectos, violencia y todo lo que envuelve a esta American Gods fluya a través de tus sentidos. La presentación ha terminado, la guerra ha comenzado. 

«Solo los dioses son reales»