Seduced: Inside the NXIVM es un documental en cuatro partes muy particular, en el que India Oxenberg cuenta de primera mano sus experiencias en la secta liderada por Keith Raniere.
Curiosamente, esta docuserie de cuatro episodios se estrena coincidiendo con el final de The Vow en HBO, que trata de forma mucho más extensa la realidad de NXIVM. A pesar de su título, lo cierto es que The Vow ahonda mucho más que Seduced en el proceso inicial de captación al culto liderado por Keith Raniere. Sin embargo, al tratarse de una producción llevada a cabo y centrada en las experiencias de India Oxenberg en primera persona, la cantidad de detalles y el impacto personal de cada situación se vive de forma mucho más directa.
Desde un punto de vista cinematográfico, la serie es un documental informativo con texto guonizado bastante clásico: poco podemos hablar sobre su valía cinemática sinceramente. Todo muy correcto, bien posicionado y un buen aprovechamiento de sus recursos.
El quid de la cuestión aquí se encuentra en la narración de los eventos. Aunque el documental se incluye entrevistas cara a cara con algunos ex miembros del culto (muchos de los cuales no aparecen en The Vow), Seduced se centra en las experiencias de Oxenberg, contextualizándolas con la opinión de expertos en cultos y terapuetas.
Las entrevistas con otros miembros resultan francamente interesantes, con uno de ellos deconstrullendo los orígenes ideológicos de las enseñanzas de Raniere, y otro advirtiendo que cuanto más pequeña es la secta (como NXIVM), más peligrosa tiende a ser. Pero la parte de Oxenberg, aunque iluminadora en cuanto a cómo se ha sobrepuesto a sus siete años en la secta (tenía 19 cuando se enroló), y por muy reveladora y de mucha ayuda que pueda llegar a ser, no deja de dar la impresión de ser un ejercicio de relaciones públicas para una mujer joven que quiere ser conocida por algo más que cómo una superviviente de una secta sexual.
Seduced tiene sus pros y sus contras. En la lista de los contras sin lugar a dudas podemos señalar lo contradictorio que resulta en su propia existencia: si bien nos presenta la noción de que cualquier persona, independientemente de su estatus social, su educación o su capacidad económica, puede ser captada por un culto, y que cualquier persona de a pie es susceptible de caer en la secta, después nos ofrece una versión y unos relatos por parte de Oxenberg que la hacen alejarse mucho de cualquier arquetipo con el que sentirse identificado.
Resulta demasiado evidente que la guionización de muchas de sus partes y diálogos ha restado veracidad y empatía a su historia, una historia que ya de por si era sorprendente y aterradora, pero a la que han querido añadirle aún más emotividad y exacerbar la figura de Oxenberg como víctima y superviviente, consiguiendo en muchos casos todo lo contrario.
En la lista de los pros, no obstante, nos encontramos el formato reducido y conciso de cuatro episodios, que permite que las entrevistas y grabaciones sobre/de acontecimientos en NXIVM, como clips de Raniere defendiendo las violaciones, no se pierdan entre horas y horas de metraje, como ocurría en The Vow.
Buena parte de los vídeos que podemos ver parecen corroborar la afirmación del documental de que Raniere pretendía ganar poder político reclutando a una mujer influyente en el sector y chantajeándola después. Sin embargo, la escena que los espectadores quizás más esperaban ver, ese momento en el que Oxenberg se da cuenta de que le han lavado el cerebro y tiene que actuar en consecuencia, está curiosamente ausente.
Muy posiblemente no hubiera un único momento de inspiración que le hiciera darse cuenta de que todo lo que había creído durante su vida adulta hasta ese momento era mentira. Pero hablando en términos dramáticos, la ausencia de ese momento es muy llamativa.
Seduced termina con una escena aterradora a la par que absurda: los seguidores de Raniere protestando su encarcelamiento a la entrada de la prisión. Cualquiera puede caer víctima de una secta pero, tristemente, es incierto que cualquiera pueda salir de una.