Inferno, la esperadísima tercera entrega de las aventuras del experto en simbología, Robert Langdon. ¿Fin de ciclo o no hay dos sin tres?.
Teniendo en cuenta que cada vez que Dan Brown saca una novela tardo cero coma en comprármela y casi el mismo tiempo en leérmela, acudí raudo al cine mas cercano a sumergirme en Inferno, 4ª novela del autor basada en las andanzas de Robert Langdon.
Y sabiendo que Ron Howard, y su troupe, ha hecho otras dos adaptaciones bastante fieles (y buenas) de dichas novelas, tenía clarísimo que esta película me iba a gustar con total seguridad.
Partiendo de esta zona de confort, donde sabía que todo me iba a gustar y que todo iba a estar bien hecho, me pregunto como he podido salir del cine con esta tremenda duda sobre los futuros caminos de Robert Langdon en el cine.
Quizás hayan sido mis altas expectativas las que me hayan llevado a este lugar, ya que Howard vuelve a conseguir transmitir con gran acierto todo lo bueno que tienen los relatos de Brown. Seguimos con una historia muy atractiva, que mezcla una gran conspiración con misterios y secretos de la antigüedad. Y es que el escritor sabe muy bien qué teclas tocar para conectar con el público y vender millones de libros. La idea de relacionar esta búsqueda con el infierno de Dante, así como de ambientarla en estas tres ciudades (Florencia, Venecia, Estambul) tan emblemáticas, dio lugar a un nuevo pelotazo editorial, no tanto así en el cine ya que dos de estas tres ciudades son casi testimoniales.



El tramo inicial de Inferno es fantástico, ya que nos muestra al bueno de Robert Langdon (un papel emblemático para la saca del gran señor Hanks) en una situación que hasta ahora jamás habíamos visto en este personaje. Acostumbrados a verle como un cerebrito al que le meten en mundos conspiranoícos que inicialmente le superan pero de los que sale airoso gracias a sus grandes conocimientos, verle como un pobrecito hombre amnésico que no sabe en lo que está metido es algo novedoso y muy interesante, papel que por otro lado el bueno de Tom borda haciendo que empaticemos al 101% con él.
Es quizás este tramo inicial lo mejor (por lo novedoso) y lo peor del film. Y digo lo peor, porque esta amnesia de Robert Langdon se encadena con el inicio de una carrera contrarreloj de nuestro cerebrito preferido junto a la acompañante de turno. En este caso la bella y gran actriz, Felicity Jones.
Visualmente la adaptación de Inferno vuelve a funcionar, y ver en pantalla grande los lugares más importantes de estas ciudades es una auténtica gozada. Por desgracia, el ritmo de la historia (muchísimo más dinámico que en las anteriores), estropea en gran medida la belleza visual del film y también le quita lustre a las actuaciones, ya que este ritmo frenético no permite que nos recreemos en la belleza de los lugares mostrados ni que podamos saborear el trabajo de un plantel excelente de actores.
Si nos detenemos en los principales personajes del film vemos que el protagonista, Robert Langdon, es un tipo serio e intelectual, como siempre. Quizás aquí muestre un poquito más de emoción y humanidad porque la situación es mucho más peligrosa que en sus otras aventuras, y por esa amnesia inicial que hace que sintamos una aprensión total por su situación. Tom Hanks lo borda, así que por ese lado la mesa no cojea. En cuanto a Felicity Jones, ahí está, encadenando grandes proyectos de manera que su carrera va a despegar como un cohete. Es de agradecer que su personaje sea anglosajón, de haber sido italiano habríamos tenido que sufrir el típico acento italiano, y ver de nuevo lo que paso con la francesa de El código Da Vinci a la que tuvimos que sufrir durante toda la película sin que pudiera pronunciar la erre.
Aparte del dúo protagonista soy muy destacables Ben Foster como, Bertrand Zobrist, el villano de la película. Villano creíble, y solido. Y Omar Sy, como Christoph Brüder, al que es un gustazo verle en papeles donde no explota su vis cómica, y donde puede demostrar que además de tener una sonrisa contagiosa es un tipo que puede transmitir más emociones. El resto de personajes es correcto, y cumple sin fisuras.



Incluso el actor escondido que en este tipo de producciones suele ser la Banda Sonora consigue cumplir. Es cierto que no destaca, pero tampoco desmerece el gran trabajo técnico de la película. Hans Zimmer sigue en su linea de trabajo. No siempre nos va a ofrecer bandas sonoras de culto, pero lo que nunca va a dar es un trabajo de mala calidad.
Como he comentado, la trama es mucho más dinámica que en las otras adaptaciones, con menos erudición histórica y parloteo, y mucha más intriga y acción. Es este estilo acelerado el que deja una sensación de insatisfacción en el espectador que haya leído los libros. Partiendo del punto de que Dan Brown es un autor literario cuyo estilo de escritura se asemeja mucho al guión cinematográfico. Rápido, audaz, interesante. Aquí uno se sorprende al ver que el libro es más detallista que el propio film. El libro pese a ser frenético nos permite disfrutar de todas las vicisitudes de los protagonistas, e incluso fantasear con los escenarios en los que transcurren. Mientras que el film alcanza un punto pasado su primer tercio en el que se convierte en el engranaje de un motor turbo sobre alimentado y vemos a los protagonistas pasar por los hechos y los lugares a velocidades nunca antes vistas en las aventuras de Robert Langdon.



Todo ello hace que al salir del cine la sensación que deja Inferno sea de haber visto una película interesante, pero que ha desaprovechado su potencial al querer ir más rápido de lo que debería.
Quizás si algún día deciden adaptar El Símbolo Perdido (3ª novela de la saga literaria) logren volver al camino correcto, del que desgraciadamente se han apartado en este film. El gran problema de esa adaptación será, en caso de realizarse, luchar contra el recuerdo que haya dejado en el espectador La Búsqueda, de Nicolas Cage, que aunque no es la misma historia que la de nuestro experto en simbología favorito, si toca palos similares.
Para finalizar, mi valoración del film es de un 6,5 sobre 10.
Lo mejor:
- La belleza visual y técnica del film, que no desentona con las dos entregas anteriores.
- Tom Hanks como siempre
Lo peor:
- La sensación constante de atropello.
- El final del film, que a mi concrétamente me dejo muy muy frió. Siendo el del libro mucho mejor.