Heartstopper vuelve por fin a nuestros hogares este jueves 3 de agosto. Cómo no, de nuevo, de la mano de Netflix. Después de ser una de las mejores y refrescantes sorpresas del año pasado, todos ansiábamos esta segunda entrega cuanto antes. La historia de Charlie y Nick nos tiene enganchaditos vivos… ¿Seguirá al mismo nivel?
Heartstopper comienza su segunda temporada justo en el mismo momento en el que terminó la primera. Esto es después de que Nick (Kit Connor) le cuente a su madre su relación amorosa con Charlie (Joe Locke), y que descubramos que en su cita en la playa, Nick le dijo a Charlie que ya estaba preparado para contárselo a todo el mundo. Esta decisión me encanta, porque no quiero perderme ni un solo minuto de la vida de estos chicos.
No soy un amante de los productos románticos para nada, de hecho prefiero evitarlos. Tardé en llegar a esta serie por ese motivo. Me suelen parecer aburridos y la mayoría de veces demasiado edulcorados. No es el caso de Heartstopper. No sé bien cómo lo hacen, pero es una serie que transmite verdad y buenos sentimientos sin caer en el pasteleo típico del género, o al menos lo hace de tal forma que no me importe.
Muchas veces he leído y oído a grandes cineastas y entendidos, que una película, o una serie, es buena si nos inspira a ser mejores personas. Sin duda alguna Heartstopper lo cumple y con creces. Por lo tanto, debe ser una buena serie. En verdad lo es. Es una adaptación de una novela gráfica de la escritora británica Alice Oseman, quien también dirige y se ha encargado de la adaptación al formato audiovisual. En consecuencia, es una serie de autora, de todas, todas. Quizá por eso se haya logrado esta delicia para los sentimientos.
Ya voy, tranquilos… En la segunda temporada todo sigue al nivel mayúsculo que en la primera. Todo el elenco coral avanza de la misma forma majestuosa que lo hiciera la primera entrega. Estos chicos son maravillosos. Nos impregna de la humanidad que desprenden todos y cada uno de ellos. Incluso algunos que habían quedado denostados anteriormente (no diré nombres y así no hago spoiler), en esta tienen su pequeño hueco para la redención.
También hay tiempo para desarrollar personajes que en la primera habían quedado poco trabajados, como el del adorable Isaac (Tobie Donovan), que siempre está en el fondo de las escenas. Me siento obligado a hacer un inciso para nombrar a Olivia Colman, esa mujer que siempre mejora cualquier escena en la que aparezca.
En la temporada 2 de Heartstopper, todos los chicos, incluso algunos adultos, nos vuelven a ofrecer su lado más tierno. El libreto está escrito y adaptado de forma magistral, es fiel a las pautas marcadas y no se traiciona a sí mismo en ningún momento. Los personajes que nos presenta no son perfectos para nada, pero sí hacen o intentan conseguir que sus vidas y relaciones lo sean. Y esto lo consiguen a través de la verdad, por difícil que sea afrontarla. Los miedos e inseguridades son patentes tanto en adolescentes como adultos y la serie se encarga de plasmarlos a la perfección.
Sin más, solo aconsejar a todos los que se os ablandó el corazón y llenó de dicha con la primera entrega de Heartstopper, que devoréis esta segunda, porque no os va a defraudar. Te hace el día un poquito más alegre, y eso está al alcance de muy poquitas series. La última que me hacía sentir así fue Ted Lasso, que recomiendo encarecidamente a todo aquel que sea humano, y háganme caso… Lo del tema del fútbol es lo de menos.
Crítica ‘El clon de Tyrone’ (2023) [Netflix]: Vivimos una simulación