Exit, la serie que ha arrasado en su país de origen, Noruega, llega a FILMIN. Adam, Jeppe, Henrik y William son los cuatro miembros más importantes de la élite financiera de Noruega. Su fachada exterior de multimillonarios triunfadores con familias perfectas y estilo de vida de realeza oculta unas conductas personales que basan su diversión en una espiral de autodestrucción incesante. Si este año Parasite rompió moldes en el cine, Exit lo tiene todo para hacerlo en el mundo de las series.
Noruega tiene un índice de suicidios de un 11,2% al año, una cifra indecente, muy por encima de la media mundial. No es casualidad, y es una de las lacras que arrastra el país nórdico. Con un PIB auto suficiente, unos salarios que permiten mantener a su sociedad en un nivel de vida medio-alto, ayudas a padres, madres, músicos, artistas e incluso a indigentes, y un sinfín de ventajas fiscales que convierten al país nórdico en una de las grandes potencias bursátiles de Europa. Y a pesar de ello, los suicidios no cesan.
La serie EXIT ha golpeado con fuerza a la sociedad noruega, con la crítica completamente en shock por el éxito que ha tenido, batiendo todos los récords de la televisión del país. No exenta de polémica, llega a FILMIN. Puede resultar desconocida, pero su propuesta termina convirtiéndose en un cuadro preocupante de las consecuencias de la riqueza en mentes débiles.
Cuatro amigos ricos, que han ascendido económicamente de manera meteórica, son el hilo conductor de sus historias. Historias reales, ya que la serie nace de lo contado por hombres de negocios de la bolsa de Oslo. El hecho de que los personajes estén basados en la realidad, dota a la ficción de una inquietante desesperación. Los cuatro amigos son unos auténticos desgraciados, escoria humana, reflejo de la riqueza sobre la moral. Casi sin escrúpulos, la trama se desarrolla de más a menos, y a pesar de perder fuelle hacia el final, el resultado en su conjunto es muy recomendable.
Ya en los primeros compases de la serie, queda claro que la irreverencia de la misma no es gratuita, tiene un peso en la trama que te conduce a detestar a los protagonistas. Ese desprecio es un imán, las ganas de ver como caen en el agujero más profundo, te hacen devorar los 8 capítulos de apenas media hora de duración. Con una clara declaración de intenciones, los primeros compases de la serie se desarrollan en una pequeña orgía en la cual la chica contratada termina con una oreja rebanada.
Tras conocer los personajes de forma individual en esos primeros cuatro episodios, ‘Exit’ se descontrola de una forma parecida a sus personajes, al hacerlos cada vez más impresentables y odiosos, por lo que desaparece la empatía inicial de ver a unos multimillonarios disfrutando de la buena vida y explicándonos rápidamente las razones de su éxito en la vida.
Abusos y humillaciones a prostitutas y trabajadoras del hogar, maltrato y violencia doméstica. Consumo de drogas, suicidios, penes erectos, sangre, semen sobre hojas del patio, agresiones. Suena a broma o ficción, pero en el caso de EXIT, se trata del entretenimiento de los protagonistas, así como de su descripción como seres humanos. Su éxito económico les hace ser escoria por derecho, y a lo largo de los episodios te muestran como la fachada de sociedad perfecta se desquebraja en una espiral de dolor y hundimiento moral.
Cuando ya tienes la imagen montada en la cabeza sobre los cuatro amigos, la serie va más allá y explora las consecuencias de sus acciones, así como los efectos que las drogas y alcohol acaban haciendo en la violencia intrínseca que vive en los protagonistas. Es cuando ganan protagonismo las mujeres y esposas de ellos, el punto de cordura que mantiene a flote muchas de las familias que tienen la desgracia de tener a este tipo de hombres como cabezas visibles. Ellas son la imagen de protección de la familia, de protección de los valores, del amor y del intento de no querer ver la realidad de sus maridos. Nunca debes subestimar el poder destructivo del dinero.
Ese viaje constante al infierno del alma humana es lo que hace de esta ficción basada en la realidad no sólo una denuncia social, sino que da sentido a la frase: «no es oro todo lo que reluce». Nunca vas a odiar tanto a unos protagonistas, que conducen sus vidas con frases como «ahora mismo mi polla es tu ancla», o «nunca he estado junto a una mujer que me merezca como tú». Destriparla no tendría gracia, vale la pena verla, sentir como las vidas vacías de algunos son las que mueven las puertas del averno cada día.