[Atlántida Film Fest 2020] Crítica de El Aprendiz (2019): Adolescencia Programada

Dirección: Davide Maldi | Guion: Davide Maldi, Micol Roubini | Música: Freddie Murphy, Chiara Lee | Fotografía: Davide Maldi | Reparto: Luca Tufano, Mario Burlone, Lorenzo Campani, Enrico Colombini, Cristian Dellamora, Damiano Oberoffer, Ernesto Alberti Violetti | Productora: Invisibile Film

El Aprendiz

El Aprendiz, la ópera prima del italiano Davide Maldi, es un discurso en contra de los valores ancestrales y a favor de un grito de renovación en las tradiciones.

Iniciamos nuestra andadura por el Atlántida Film Fest 2020 con El Aprendiz, L’apprendistatouna de las grandes sensaciones de la sección Cineastas del presente Festival de Locarno y ópera prima del italiano Davide Maldi, quien muestra pinceladas de autoría a través de la algo menos de hora y media de metraje, que no se antoja escasa. 

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La película narra la historia de Luca, un joven de 14 años que aprende el complejo arte de servir a los comensales, en una escuela de hostelería de prestigio. Con un alma rebelde, el protagonista se debate entre la posibilidad de un futuro laboral repleto de tradiciones, maneras cerradas de hacer las cosas y ordenanza, lejos del pueblo, o disfrutar de la adolescencia que le priva la enseñanza.

A nivel de narrativa y estructura, El Aprendiz -sin ser brillante- sostiene la historia de principio a fin. Hay evolución, conflicto y consigues empatizar con el personaje. Desde los primeros compases de la trama, Maldi -quien comparte autoría del guion con Micol Roubini– se posiciona a favor de Luca y muestra, sin criticar, los valores ancestrales que educa la escuela hostelera. Esto es un acierto, porque el director entiende que no necesita reforzar el discurso y no fuerza al espectador a inclinarse por un bando, sino que es él solo quien siente rechazo ante lo que ve. Al menos, en mi caso; aquí sucede algo interesante y es que otra persona podría verla y perfectamente no congeniar con el objetivo de Luca, que no es más que destensar la cuerda para recuperar su adolescencia. Esto considero que está bien: creas un libre debate entre los espectadores y ellos completan la historia con su propio discurso. Personalmente, estoy a favor. Creo que el cine es un vehículo a motor hacia una parte de nosotros y, para ello, si consigue escarbar en nuestras creencias y valores puede conseguir que seamos una parte activa en la trama y que esta nos llegue más profundo.

El Aprendiz (01)

Pero, ¿cuál es el problema de El Aprendiz? A grandes rasgos diría que cinematográficamente le queda, es decir, no es lo suficiente refinada en términos estrictamente audiovisuales para que llegue a encandilar. Por momentos la puesta en escena resulta algo arbitraria, resuelta en montaje, e incluso parece más próxima al género documental por cuándo suceden los cortes, hacia dónde encadenan y la resolución visual de las secuencias. No lo hace especialmente bien cuando quiere jugar con una realización más emocional que narrativa y, personalmente, es aquí donde he sentido más fuerte el hecho de estar viendo a un director nobel que a un experimentado. Lo mismo con la dirección de fotografía, que también corre a manos del Davide Maldi, si esto lo hace otra persona es por algo, y creo que un director necesita en su primer largo de conocer bien sus errores antes que meterse en el berenjenal de dos puestos con tanta incidencia en la película. Normalmente se ven grandes lagunas en ambos apartados y, concreta y personalmente, en El Aprendiz se las he visto más por la parte de la fotografía que la narración.

A nivel de interpretación, Luca Tufano es el protagonista indiscutible y quien lleva el peso de la trama. Su actuación no es brillante, pero cumple y resuelve el conflicto del personaje, que no es poco.

En definitiva, El Aprendiz es una buena ópera prima y sitúa a Maldi en el radar de nuevos realizadores a tener en cuenta. El tiempo dirá si continúa su proyección y es ascendente, pero, en este primer título, a pesar de lo expuesto, deja un buen sabor de boca.