Se estrena en exclusiva en Filmin True Things, protagonizado por Ruth Wilson y Tom Burke, que fue presentado en la Sección Horizontes del prestigioso Festival de Venecia. Producido por la misma Ruth Wilson junto a Jude Law, adapta la novela de Deborah Kay Davies True Things About Me.
True Things no es una película romántica, en ella uno se va a encontrar por situaciones conocidas, quizás vividas por uno mismo o por gente cercana. La historia retrata esas relaciones tóxicas que no sabes muy bien, pero parecen imposibles de abandonar. Al final son como una droga que te pueden terminar por destruir. Es evidente que Kate necesita un cambio en su vida y diría también por Blonde, los dos protagonistas.
Ruth Wilson, conocida por su papel en la miniserie Mrs Wilson, lleva todo el peso de la película dando vida a Kate, una mujer de casi 40 años. Es lo que antaño se le llamaría solterona. A ella no se le da nada bien las relaciones sociales. Su vida es anodina, le faltan amigos, le falta sexo. La ausencia de carácter seguramente la ha arrastrado toda su vida, familiares y sus pocos amigos siempre han estado encima de ella como si fuese una niña pequeña. Ruth Wilson da los matices para crear un personaje que en apariencia parece sencillo, pero tiene sus complejidades. Las miradas de deseo, las sonrisas nerviosas, los gestos de estar fuera del lugar en el que estas. Una mujer con ganas de salir del agujero en la que vive, pero como si tuviese una cadena atada a los pies, le resulta imposible poder escapar.
La llave de esa posible fuga es un expresidiario. Interpretado por Tom Burke, actor con un rostro peculiar, conocido por protagonizar la curiosa The Show. Su labio hendido y el pelo teñido de amarillo le da una presencia especial al personaje, ideal para recrear un tipo que recuerda a Mickey Rourke en 9 Semanas y Media. Desde el primer momento se ve que tipo de persona es, pero Kate lo necesita. Con un poco de caso y sentir que puede atraer a un hombre, a ella ya le pone a mil. Da igual los malos gestos que le haga, no importa ni siquiera no saber el nombre, para ella es el príncipe azul. La persona que le da sentido a su vida. Es una droga difícil de abandonar.
La directora Harry Wootliff vuelve a contar una historia de amor. En su ópera prima, Only You, se decantaba por el amor idealizado y con True Things cambia radicalmente, relatando una relación tóxica. Interesante el uso del formato de pantalla en 4:3. Dando, tanto a los personajes como al espectador, la sensación de agobio en la que vive la protagonista, además de encerrar aún más a los personajes con planos cortos. Si Kate no puede respirar, tampoco lo hará la película. Es claustrofóbica. Harry Wootliff utiliza la cámara para transmitir cada sensación de Kate. Sus estados de tristeza, de felicidad, de enfado…
Es una pena que no le haya interesado a la directora, una mayor presencia de escenas de sexo. Al principio parece que sí van a tener, el primer contacto con Blonde es corto, intenso, con pequeñas dosis de erotismo. Kate no necesita mucho para perder las bragas y dejarse llevar. Sus sueños eróticos por fin hechos realidad. En ese encuentro la directora aprovecha muy bien para dejar claro los roles de cada personaje. Esa intensidad sexual inicial se va diluyendo. Aunque en Only You no le pasó, en True Things da la sensación de cohibirse y de no ir a por algo más carnal. La directora va abandonando poco a poco el sexo, eligiendo caminos más psicológicos.
True Things es una película que hará sufrir al espectador, impotente, por no poder ayudar a Kate. Como una amiga que ves que se lía con la persona equivocada y que no escucha por mucho que se lo digas. Tampoco lo necesita, al final las personas deben de caer y levantarse por sí mismas para no tener que repetir los errores. Aprender de uno mismo, aunque a veces no resulte y se vuelva al punto de partida una y otra vez. Kate necesita escapar, encontrarse en un mundo donde no tiene su sitio.
