Disney + nos trae la primera de sus series anunciadas, The Mandalorian, e invita a tomar una aventura espacial de la mano del cazarrecompensas y Baby Yoda, un personaje que ha levantado pasiones entre el fandom. Pero, ¿realmente merece tanto la pena?
Con el anuncio de Disney + y posterior desglose del arsenal que están preparando, los fans del Universo Marvel y Star Wars se frotaban las manos por la cantidad de nuevo contenido que estaba al caer. La serie pionera, The Mandalorian, nos llegó durante los primeros compases de noviembre y, ahora, con la Primera Temporada finiquitada nos ponemos a desgranar qué han contenido los 8 episodios de esta aventura espacial. Si bien ha habido una gran cantidad de aciertos, no es oro todo lo que reluce y para este redactor hay contrapuntos negativos que destacar en su reseña; pero para los que todavía no la habéis visto, estad tranquilos: The Mandalorian es puro entretenimiento clásico que se sostiene constantemente. Que eso vaya por delante. Pero, dicho esto, me pregunto si no era más lo que le exigíamos a Star Wars hace algunos años. Yo, personalmente, creo que sí.
Dicho esto, vamos a repasar los puntos clave que han hecho The Mandalorian un auténtico fenómeno de masas y, valga la redundancia, el primer éxito de Disney + como contenido propio en su plataforma.
1. Unos protagonistas carismáticos
Al margen de otra cosas, seamos claros: Mando mola que te cagas y Baby Yoda despierta ternura en cada plano. Eso es un hecho. Los guionistas han conseguido algo realmente meritorio que es crear personajes carismáticos sin necesidad de que tengan largas líneas de diálogo o, incluso, que ni existan; y es más, se establece un pacto entre el espectador y la serie que es esperar que Mando resuelva todo con pocas palabras y se ponga a la acción. ¿Por qué esto es beneficioso? Dada su estructura y tema, la serie no puede permitirse el lujo de detenerse y necesita de constantes nuevos estímulos para su marcha, por lo que incluir a unos personajes de estas características motiva la intención y dota de un ritmo adecuado a la serie.
«Se respira un aire diferente como producto ‘star wars’.»
La dupla funciona, basándose en el típico esquema de dueño-«mascota» donde el propio Mcguffin reside en uno de los personajes y, además, un personaje sirve de buen contrapunto para el otro. No es algo novedoso ni pretende serlo, pero por lo menos funciona y no nos resulta forzado, que ya es un paso.
2. Una trama ágil y dinámica
A pesar de que Star Wars, en sus orígenes, era una saga estandarte del nuevo cine y con la etiqueta puesta de intentar hacer lo mejor con lo mejor, desde que Disney cogió los mandos las pretensiones han bajado enteros y en la actualidad no es más que una franquicia blockbuster con un lore muy potente. Esto no es algo que especialmente me agrade, pero a la vista queda con la última trilogía que desde La Casa de las Ideas no están muy por la labor de sacudir los cimientos del cine comercial con la franquicia.
La trama de The Mandalorian es exactamente esto: una historia de capítulos de 30 minutos, sencilla, con tintes western, que nunca se detiene y que en cada parte avanza mientras asistimos a una contienda entre buenos y malos. Un esquema que iría a caballo entre la concepción estructural clásica capitular y lo que hemos estado viendo desde que las series innovasen a lo largo del siglo XXI.
3. Fórmula revitalizante para una franquicia herida
Desconozco lo que sintieron los fans de Star Wars allá por los años 70-80, porque todavía no estaba ni en la mente de mis padres, pero supongo que una mezcla entre misticismo, incredulidad y clamor ante un basto universo que se extendía en frente de sus ojos. Pues, obviamente salvando las distancias, es lo que sentí en los primeros instantes de The Mandalorian.
Acostumbrado a ver a Skywalkers pelear con sus espadas láser y hablar de las propiedades de La Fuerza, los primeros instantes con Mando son nuevos y se respira un aire diferente como producto Star Wars. Aquí prácticamente «no importa» el período de entreguerras donde se ubique, sino solo las aventuras de los personajes. Y eso, sin duda, es algo que necesitaba la franquicia: un soplo de aire fresco que nos impidiera ver por dónde puede ir la trama . Simplemente un algo, por pequeño que fuese, que nos hiciese de algún modo redescubrir y revitalizar Star Wars.
Para que os hagáis una idea: imaginad que un día coméis la comida de todos los miércoles, por ejemplo, solo que el plato principal viene de otro proveedor. Reconocéis la mayoría de elementos pero hay cosas que son diferentes y la sensación no es idéntica, pero satisfactoria. Pues así es como relacionaría The Mandalorian con los episodios exitosos de Star Wars: un ligero giro de tuerca que torna la experiencia algo diferente.
«Una historia sencilla, que nunca se detiene».
Y lo malo, por sacar punta, porque somos Cinéfilos Frustrados, viene relacionado de forma directa con lo expuesto anteriormente: The Mandalorian nunca pretende ser más que una serie entretenida para pasar el rato. Repito, nunca. La trama no se arriesga lo más mínimo en ningún momento y, de hecho, pese a que la Primera Temporada pudiera catalogarla de correcta en todos sus apartados, ninguno destacaría en exceso o pudiéramos hablar de realmente ingenioso. Para nada. Mando mola, sí, pero en esencia es el típico estereotipo de héroe y Baby Yoda no es más que un reclamo para vender juguetes a doblón. En eso Disney son los mayores expertos y, obviamente, no han dejado pasar la oportunidad. Sus dos personajes clave han gustado y Baby Yoda será el nuevo peluche que veremos en todas las casas con niños (y no tan niños) en el año venidero. Triunfazo. Habrá a quien le guste y lo compre con gusto; y no es mi intención criticarlo, pero como espectador detesto ver a unos personajes construidos como reclamo de ventas más allá del cine, aunque es algo que debes aceptar cuando te adentras a ver cualquier producción de Disney.
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Sin embargo, mi nota no va más allá del correcto porque la trama nunca pretende ser algo notable y porque, también, ninguno de sus apartados, pese a ser correctos, cautiva. Con todo, The Mandalorian es puro entretenimiento disfrutable que cumple con el objetivo de sentar las bases para lo que pretende ser un ensañamiento a estrenos en Disney + y revitalizar una franquicia herida tras la decepcionante nueva trilogía. Que comience el espectáculo.