Todo se prepara en Peaky Blinders para dar cierre a esta tanda de capítulos. El 4×04 supone el principio del fin.
De nuevo querido lector, me dispongo a desgranar a vuelapluma lo que ha ocurrido en un nuevo capítulo de Peaky Blinders, en esta ocasión el 4×04, subtitulado «Peligro». ¡Aaa! ¡Cómo siempre, LIBRE DE SPOILERS!
El nombre de la yegua que adoctrina Mai sirve como encabezado de un episodio lleno de altercados, pero en el que si miramos con perspectiva, supone más bien una antesala de todo lo que está por venir.
Porqué si algo ha habido en esta temporada de Peaky Blinders, eso ha sido acción. Acción, movimiento, y nada de ese ritmo pausado que algunos, dejadme que me ahorre el adjetivo, criticaban de la tercera temporada.
Lo más destacado de este cuarto capítulo ha sido sin lugar a dudas el regreso de Tom Hardy, aquí Alfie Salomon. Ha sido una entrada un tanto chatarrera, para un personaje que esperábamos con anhelo, o por lo menos yo y unos cuantos de nuestros lectores de nuestro grupo de tertulia en telegram. Si la historia prosigue como parece, el capítulo estrella del judío será el próximo.
Este episodio supone hasta la fecha, el más flojo a nivel de guion. Es cierto que las tramas empiezan a liarse en una suerte de lazo del diablo, por lo que le daremos al creador, Knight, el beneficio de la duda. Aún así, la amalgama de celos, mafias, rencillas, mudanzas familiares, aumentos de familia no deseados y tensiones sexuales no resueltas me han sobrado muy mucho. ¿Me equivoco al pensar que lo que todos queremos es ver a Tommy versus Changretta?
Desgraciadamente, no hemos tenido de nuevo uno de estos cara a cara que hacen que las cuerdas vocales se tensen, y evitan que las pupilas desvíen la vista fuera de la pantalla.
Pero… no nos desesperemos… sólo nos quedan dos capítulos, y lo que para mi es la certeza de que Polly está al lado de la familia, por lo que este duelo de titanes está al caer.