Motherland: Fort Salem, la serie de brujas creada por Eliot Laurence, llega a Amazon Prime Video este viernes 20 de noviembre. En Cinéfilos Frustrados hemos podido ver los tres primeros episodios y os contamos nuestras impresiones. Sin spoilers, claro.
Los famosos, y ampliamente utilizados en literatura y medios audiovisuales, juicios de Salem, han dotado a la sola mención de esta localidad de Massachusetts (Estados Unidos) de un amplio poder evocador y, claro, de propicio retorno comercial a costa del ingenio creativo entorno al mito. En esta ocasión nos llega de la mano del creador Eliot Laurence, emitida en Estados Unidos por el canal Freeform (Disney), consta de 10 episodios y estará disponible en Amazon Prime Video desde el viernes 20 de noviembre. El pasado mes de mayo renovó para una segunda temporada que en la actualidad prosigue su rodaje.
Premisa: Motherland: Fort Salem sigue a tres jóvenes brujas (Raelle, Abigail y Tally) y su alistamiento en la división Fort Salem del ejército de los Estados Unidos en una distopía histórica, surgida de los acuerdos de Salem por los que cesaba la persecución de las brujas a cambio de protección nacional, y que ha derivado en un mundo dominado por las mujeres. La serie sigue la formación militar del trio protagonista y el perfeccionamiento de su condición de brujas cuyo poder radica en el uso de la voz como arma de ataque y defensa.
En un mundo online (a redes y derivados nos referimos, por supuesto) como el actual, en el que la sensibilidad (o la capacidad de ofensa inmediata) raya a cotas delicadas, dicha premisa permite adelantarnos que esta serie puede agudizar dolores (a veces físicos, hay de todo) sobre quienes llevan mal esto de la apertura catódica hacia nuevas formulaciones comerciales en cuanto a sexo, raza y cualquier propuesta que incida en la diversidad. Sin embargo, y por suerte, el talento sobre la premisa sigue siendo un factor de notable juicio antes de ponernos nerviosos; Morherland: Fort Salem parte de una distopía cuya aceptación del origen de la misma garantiza la autenticidad del mundo de ficción que nos anuncian: un mundo en el que un pacto equitativo, de no agresión a las brujas a cambio de protección al humano normal y corriente, ha derivado en una realidad en el que la mujer tiene un papel en la sociedad similar al que el hombre tuvo (y siguen teniendo) hasta no hace mucho en la vida real. ¿Por qué no?
En dicha distopía tres chicas, tres brujas, Raelle, Abigail y Tally, se alistan en Fort Salem para formarse como brujas de ámbito militar y combatir el mal que propaga una suerte de grupo terrorista llamado The Spree. Las tres chicas difieren en sus personalidades y motivaciones: Raelle (Taylor Hickson) proviene de una familia medio bruja (padre civil) y se muestra desconfiada ante tanta devoción militar y eufórica; Abigail (Ashley Nicole Williams) es una bruja devota, confiada e hija de una bruja de reconocida fama en combate; Tally (Jessica Sutton) es una entusiasta del mito y entregada desde el primer momento a la causa. Las tres comparten una misma unidad de entrenamiento y la chispa de confrontación pronto salta entre Raelle y Abigail. Una cuarta bruja, Scylla (Amalia Holm), pronto entabla una buena relación con una de ellas.
En los tres episodios que hemos podido disfrutar en Cinéfilos Frustrados, gracias a Fox-Disney, Motherland: Fort Salem juega con cartas ya conocidas (las tres chicas y sus diferencias, su camino hacia el respeto y la amistad; la formación y aprendizaje de las artes de bruja; el rival que no atinan a ver desde un principio etc), y como decíamos se adapta la demanda socio catódica actual mediante una premisa intachable. La ejecución de sus poderes, sin duda, es mucho más convincente que en otros universos plagados de magia (en los que moviendo varitas o manos se realizan conjuros): las brujas ejercen su poder utilizando sus cuerdas vocales. Cuanto más potentes, o sensibles (según la situación) más y mejor se imponen ante la injusticia o un ataque. Huelga decir que la metáfora habla (¡ah!) por si sola.