Escape Room 2: Mueres por salir llega 2 años después de su antecesora para traernos una nueva retaíla de acertijos y trampas mortales en un entretenido film sin pretensiones.
Escape Room 2 nos sitúa tras los hechos de la primera parte y tomando como protagonistas a los dos supervivientes del anterior juego mortal, ambos, muy tocados por los sucesos vividos, siguen viendo pistas por todas partes y temiendo por su vida al ser conscientes de que es poco probable que todo haya terminado y que MINOS les deje libres tras huir del primer Escape Room. Es cuando ambos llegan a Nueva York con la intención de buscar pruebas que incriminen a MINOS, cuando esta empresa vuelve a atraparles en un vagón de metro junto a otras personas que son, al igual que ellos, supervivientes de otros Escape Rooms creados por la compañía, creando algo así como un torneo de campeones para descubrir cuál es el mejor de todos (del mismo modo que hacía Los juegos del hambre en su secuela).
Si bien Escape Room no fue una película que revolucionara el género ni presentara algo demasiado novedoso, no solo porque fuera una versión menos sangrienta de Saw, si no por que en los dos años anteriores a su estreno se habían estrenado otras 3 películas con el mismo nombre y la misma premisa (Escape Room (2017), Escape Room (2017) y No Escape Room (2018)), películas que, si bien es verdad que tenían una factura técnica peor debido a un menor presupuesto, habían quemado ya un poco la temática y habían hecho que personas que como yo que llegamos al estreno de Sony tras haber visto ya las tres películas mencionadas (y toda la saga Saw) fuéramos bastante escépticos con lo que íbamos a ver. Pese a esto, Escape Room resultó un agradable entretenimiento que, pese a caer en muchos clichés, generaba tensión y mantenía intrigado al espectador a partes iguales.
Una secuela a la altura
Esta secuela, Escape Room 2, sigue a la perfección los pasos de la primera, la cinta resulta entretenida y la tensión es constante durante los apenas 85 minutos que dura, las actuaciones no son gran cosa, pero con unas Escape Rooms originales y unos efectos especiales a la altura, la película se hace amena y disfrutable. Sigue habiendo clichés a puñados y hay muchas cosas demasiado convenientes para el guion (como el orden y el número de muertes que siempre es el indicado para que los personajes continúen por las salas), además de tener un giro final tan rebuscado que pasa a ser obvio. Pese a todo esto, no me arrepiento de ver la película, que da lo mismo que la primera sin bajar el nivel.
Aspectos como que las salas no pasen en tiempo real le restan cierta autenticidad para agregar efectismo y tensión, pero se entiende por la intención que tiene la película, que es pura esencia Blumhouse (pese a ser una producción de Sony).
En resumen, si disfrutaste de la primera parte o si eres fan de las películas del género, Escape Room 2 te entregará unos más que entretenidos 85 minutos, pero no esperes nada profundo ni revolucionario, simplemente coge tu entrada, siéntate en la butaca y disfruta.
