El médico de Budapest se estrenará en las salas de cine españolas el 13 de agosto de la mano de A Contracorriente Films. La película está dirigida por el ganador del Oscar István Szabó (Mephisto, Conociendo A Julia, Sunshine) y protagonizada por el nominado al Oscar Klaus Maria Brandauer (Memorias de África).

El Médico de Budapest supone el regreso al cine para Itsván y Brandauer tras ocho años de silencio, lo que es ya de por si un atractivo reclamo para la película. El dúo ha trabajado junto en varias ocasiones, consiguiendo resultados generalmente bien valorados por el público y la crítica, especialmente en Mephisto.

El Médico de Budapest (01)

En esta nueva historia, el cineasta húngaro nos cuenta la historia del doctor Stefanus, un cardiólogo que se ve forzado a retirarse tras el cierre del hospital en el que trabajaba, volviendo a su pueblo natal para trabajar como médico de familia, tal y como lo fue su padre. En principio, nos encontramos ante un argumento bastante carente de originalidad, lo que puede resultar preocupante, pero no tiene porqué marcar el resultado final del film.

La llegada del doctor al pueblo es, inicialmente, bien recibida, pero pronto la vida y costumbres arraigadas en una comunidad pequeña y de índole rural irán convirtiendo la estancia del protagonista en una experiencia mucho menos que placentera. De nuevo, un argumento que hemos visto ya en bastantes ocasiones, tanto en cine como en televisión, y abordado prácticamente desde cualquier género, desde el terror a la comedia.

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Sin embargo, toda esta historia sirve más como una especie de mcguffin del que István Szabó quiere aprovecharse para mostrarnos otra película: un retrato costumbrista, humano y emocional, en el que la narrativa de hechos y acciones tiene mucho menos peso que el perfilado de personajes, ideas y relaciones.

Con un toque casi felliniano en la forma de tratar algunos personajes o las relaciones entre ellos (la relación del protagonista con su familia, con la enfermera o con el alcalde del pueblo son buenos ejemplos), El Médico de Budapest va mostrándonos un mundo de boca a boca, traiciones y rencillas generacionales que contrasta en su misma esencia con el mundo digitalizado y multicultural en el que vivimos. Y lo hace de una forma en la que es difícil decidir si es una suerte de sátira dramática o un ejercicio de melancolía por los tiempos pasados y esos tiempos en los que todo el mundo sabía quién era su vecino y las personas nos relacionábamos hablando cara a cara en lugar de Smartphone a Smartphone.

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Debo confesar que el resultado global de la cinta no ha terminado de convencerme. Si bien nos permite disfrutar de algunos momentos visualmente potentes, y nos deja algunos personajes dignos de mención (como el cura, o ese hombre anónimo siempre sentado en el parque), lo cierto es que tras salir de la sala y en los días sucesivos, he sentido que la película me había dejado muy poco o ningún poso. No consigue, al menos no conmigo, trasmitir ni ideas ni emociones que perduren, y eso es un lastre importante para una película como esta, que claramente quiere apoyarse más en el subtexto de su esencia que en lo que nos cuenta realmente la pantalla.

El Medico de Budapest Poster

El Médico de Budapest es una película que se deja ver bastante bien. No se hace pesada, y además cuenta con varias actuaciones interesantes (por supuesto Brandauer en el papel protagonista, pero también Éva Kerekes en el de la maestra), pero no consigue penetrar ni perdurar en el espectador, haciéndola bastante indiferente.

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