Crítica de El gran Buster (2019): Clásicos modernos

TÍTULO ORIGINAL: The GREAT BUSTER | DIRECCIÓN Y GUIÓN: PETER BOGDANOVICH |  PRODUCCIÓN: COHEN MEDIA GROUP | FOTOGRAFÍA: Dustin Pearlman

El gran Buster

Bogdanovich homenajea a una de las mayores figuras del cine mudo, en su nuevo documental, El gran Buster.

Que Peter Bogdanovich es un cineasta con un ojo puesto siempre en el pasado no es algo nuevo. Su película más conocida,  The Last Picture Show fue una mirada nostálgica a una manera de hacer cine que estaba desapareciendo. También fue uno de los primeros cineastas en reivindicar La fiera de mi niña, a la que homenajeó en ¿Qué me pasa, Doctor? (cuando nadie más lo hacía). Ahora mira un poco más atrás para traernos de nuevo a uno de los grandes: El gran Buster Keaton.

Creo que el éxito de un documental reside en dos pilares. El primero es que aporte un contenido o información al que ya poseía el espectador. El segundo es que el realizador sepa trasmitirte la razón por la que cuenta esa historia.

¿Vamos a saber algo que no supiéramos de Keaton después de ver El gran Buster? Definitivamente sí. Seguramente tengas al cineasta como uno de los grandes damnificados por la llegada del cine sonoro. El cine que realizaba no supo adaptarse a los nuevos tiempos y por eso cayó en el olvido. Ni muchísimo menos. Buster Keaton estuvo trabajando hasta el final de sus días. Nunca dejó de hacer cine pero su mayor participación se encontró en la televisión. Tampoco su cine se vio obsoleto por culpa del sonoro. Es más, Bogdanovich apunta a que fueron otros los culpables de que determinado cine dejara de hacerse, y no precisamente sus autores.

El gran Buster

 

¿Y qué pretende el cineasta contarnos con su El gran Buster? Pues Bogdanovich reivindica la comedia física del cine mudo como un cine atemporal, que nunca envejecerá. De hecho, cuenta con el testimonio de uno de los creadores de Jack Ass, del director de Spiderman y algunos de los gags que muestra el documental los has visto homenajeados en Los Simpson. Para el espectador actual seguramente visionar cine mudo es algo que ni se plantea. Es más, puede que te parezca algo obsoleto y que todo lo que hacían está ya superado. Pues nada más lejos de la realidad. El cine mudo alcanzó unas cuotas de madurez narrativa que incluso hoy nos siguen sorprendiendo.

Como decía Charles Chaplin… Cuando ya lo tenían, todo acabó. Lo que se atrevían a hacer en ese momento no lo vas a ver hoy en una película de Marvel, te lo aseguro. Planos secuencias, rodados en una sola toma en la que todo está perfectamente coreografiado… A eso nadie se atrevería hoy. Casi todo lo que ves en pantalla en una película muda se estaba rodando de verdad. Estaba allí en el set de rodaje. Si un puente vuela por los aires y se cae al vacío el tren que lo recorría… realmente volaron el puente y despeñaron el tren. Cuidadito con menospreciar el cine mudo porque nadie se atrevería hoy en día a rodar con la misma osadía y seguridad narrativa.

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Si hay que ponerle algún «pero» al documental, es el tono hagiográfico que Peter Bogdanovich aplica a todo el documental. No planea ni una sola sombra en la figura de Buster Keaton. Aún así, qué quieres que te diga. Vivimos en unos tiempos en los que todos tenemos voz y podemos dejar expresada nuestra opinión. Eso no es malo. Ni muchísimo menos. El problema es pensar que nuestra opinión, por sí misma, vale de algo. El problema no es la opinión en sí, sino el tono hater, radical, sin matices ni rigor que inunda las redes sociales. Sí, todos tenemos opinión, pero perdona que te diga que la de Bogdanovich seguramente valga más que la tuya. Que la mía, desde luego.