La portada de Tumbbad me llamaba la atención pero no sabía cómo sería el horror indio. La película india presenta contenidos que cuestan ubicar entre nuestras categorías.
Las películas indias no gozan de gran recepción entre los espectadores hispanos. Ese es un hecho. El espectador antes de ponerle play a Tumbbad quiere sacarse una duda, ¿Es realmente una película de horror? Esta película sabe situarse en el medio de dos tendencias, es un poco hollywoodense, y a la vez resalta los motivos localistas indios. Pero hay un elemento híbrido que queda a merced de esos dos polos: ¿Es el terror de Tumbbad horror como lo percibimos nosotros?
¿Cómo sabemos si es una película de terror?
En la sociedad, según Lovecraft (The Supernatural Horror in Literature), siempre estuvo la sensación del terror. Él habla de cómo veían las primitivas sociedades todo aquello que no podían entender, como los cambios meteorológicos. El miedo a lo desconocido. Sí, pero hay algo más. No es solo lo desconocido lo que nos genera miedo, es el reconocimiento de lo conocido allí. Es ver la otredad en lo cotidiano. Por eso nos da miedo cuando una niña se mantiene mirando a la cámara acompañada por alguna melodía disonante. Es esa pizca de desconocimiento en algo conocido.
¿Qué hace a una película de horror? Por lo general esta ubicación genérica la hacemos intuitivamente. Pero la categorización se complica con culturas tan diferentes a la nuestra, donde los patrones de lo conocido y desconocido son difusos. Es decir, cómo sé si aquello que al director le genera extrañeza dentro de lo cotidiano, para mí no es simplemente extrañeza absoluta. Ahí aparece una sutil mezcla con lo fantástico. Y por eso creo que el espectador cotidiano no sabe si ver Tumbbad como una película fantástica o de terror. Sinceramente, yo no me vi asustado por la película en ningún momento. ¿Pero es mi subjetividad la que decide el género de la película? ¿Es la subjetividad occidental? Y si no lo es, ¿Cómo puedo evaluarla?



Está claro que la película intenta ser de terror. Tiene los monstruos. Carroll dice que para que una película sea de horror necesita la presencia de monstruos. Pues los tiene. Estos monstruos transgreden las convenciones cotidianas dentro de la historia (lo que hablábamos antes). Hasta ahí es preciso reconocer el trabajo del director. También existe el ambiente claustrofóbico (esa cueva oscura por la que se pasea el demonio Hasstar).
Una película de horror necesita generar terror
La película es genial porque nos permite asomarnos por una ventana nueva, nos permite ver el terror desde una mirada ajena. Yo percibo la intención del sobresaliente director indio de generar terror. Veo el monstruo, veo los ambientes tétricos, los arquetipos horrorosos de personajes siniestros. Veo la cara de los personajes, convencidos de que es normal que en una ciudad llueva eternamente, pero les es extraño que un ser te convierta en demonio cuando te muerde. Sin embargo, no me da miedo, no interpela mi cosmovisión de lo conocido. No me puede pasar a mí. No me genera tensión como sí lo hace Blair witch por tener brujas o Paranormal Activity con seres supernaturales que puedo imaginarme, que conozco el alcance de su mal (o no lo hago). La película es excelente, porque nos transporta al mundo indio, nos muestra sus temores, nos muestra sus miedos. Pero, al cinéfilo común occidental, no le va a generar miedo. Tiene muchos méritos la película, pero darnos miedo no es uno de ellos.